En Aragón, la sed
del campo y la necesidad de la redención del
secano mediante el regadío son atávicas. Pero se
trata de mitos o realidades. Se habla mucho de
agua pero se debate poco y se aportan menos datos,
por lo cual las informaciones referentes a este
asunto suelen estar viciadas y llenas de tópicos.
Veamos algunos
datos sobre el regadío aragonés (procedentes del
Ministerio de Agricultura y la DGA, referentes al
año 2000). Siendo Aragón la cuarta comunidad autónoma
en superficie total y la décima en número de
habitantes, alberga el 12,9 % del regadío español
(436.741 Ha). Ello la coloca en el tercer lugar en
superficie regada después de Andalucía y
Castilla y León, y la segunda en consumo de agua
para la agricultura, tras Andalucía. Aragón
tiene puesto en regadío el 9,15 % de su
territorio, frente a la media nacional del 6,69 %,
ocupando la cuarta posición tras Murcia, Valencia
y La Rioja. Debido a su poca población, es la
comunidad española con una mayores coeficientes
de superficie regada por habitante (0,37 Ha/hab.,
frente al 0,09 de la media nacional) y de consumo
de agua para agricultura por habitante (2148,3 m3/hab.,
frente a los 448,1 m3/hab. de media
española).
Sin embargo, el
dato más escandaloso es que Aragón tiene la
mayor superficie de regadío por gravedad (a
manta) de España., lo que supone el 80,5 % de lo
que se riega en Aragón, cuando la media nacional
es del 58,5 %, ocupando la 3ª posición por detrás
de Navarra y Madrid.
Con respecto a las subvenciones, por la PAC,
sólo la comarca de las Cinco Villas recibió 5631
millones de pesetas en el año 2000 (incluyendo
ganadería), 1,7 veces más de lo que reciben las
cuatro comarcas pirenaicas juntas. El 40% de ese
dinero fue a parar al regadío, siendo la mitad de
las ayudas a herbáceos. A ello debemos añadir
los 10,6 millones de euros (1.763 millones de
ptas.) que acaba de aprobar el GA para poner en
marcha el sector XII de Bardenas, lo que puede
suponer más de 80 millones de pesetas/Ha.
Tampoco debemos
olvidar el negocio que representa para los
sindicatos de riego la producción de electricidad
en los polígonos con el agua destinada a regar.
Las 3 centrales en Bardenas (Carcastillo,
Cinco
Villas y La
Pardina) y 7 en Riegos del Alto
Aragón (Berbegal,
Montanera,
Odina,
Piracés,
Sotonera,
Torrollón
y Valdespartera)
generan cientos de millones de pesetas al
año prácticamente limpios y gracias a unas
infraestructuras que pagamos entre todos.
Por otra parte hay
que decir que los regantes no pagan por metro cúbico
de agua consumida si no por hectárea. Aunque haya
unas dotaciones teóricas para cada polígono de
riego, al no haber un control en parcela del agua
consumida, esto hace que los consumos se disparen,
pues el regante pagará lo mismo tanto si usa un
metro cúbico como si usa 8000, y a precios
irrisorios.
A la luz de estos
datos parece claro que el secano aragonés ha sido
suficientemente redimido. El alto consumo de agua
y la alta tasa de regadío a manta habla bien a
las claras del bajo porcentaje de modernización y
de eficiencia de uso, lo que en tiempos de sequía
y escasez, habituales por otra parte en nuestro país,
hace que muchos regadíos entren en crisis ya que
no están preparados adecuadamente para poder
soportar estos períodos. Ello aboca a la petición
de más embalses y a la generación de nuevas expectativas,
que lejos de arreglar el problema lo agravan, pues
ante la perspectiva de más agua, no invierten en
sistemas que economicen este recurso, en un claro
paralelismo con lo que está ocurriendo en el
levante con el trasvase. Salvo honrosas
excepciones como el Canal de Aragón y Cataluña,
donde el descarte reiterado de proyectos de
embalse como Campo, Comunet y ahora Santaliestra,
ha obligado a mejorar la eficiencia y ha impelido
a buscar soluciones alternativas sin construir más
pantanos.
Al ser el agua un
recurso prácticamente gratis, en Aragón muchas
veces se cultiva más en función de la prima de
la PAC que de la adecuación del cultivo al
terreno o a la disponibilidad de agua. Ello se
traduce en despilfarro y mal uso del agua, con lo
que los regantes pasan de agricultores a
"caza primas", pues no interesa el
producto si no la subvención. Esto es un grave
error estratégico si tenemos en cuenta que la
nueva política agraria comunitaria y la entrada
de nuevos países en la UE harán que acaben
desapareciendo las ayudas. No aumentar la oferta
de agua para regar hará que los sistemas se
tengan que modernizar y los cultivos se adapten al
terreno (por otra parte una prioridad del Plan
Nacional de Regadíos), y no como ocurre ahora que
en pleno desierto se están poniendo cultivos muy
exigentes en agua como maíz o arroz, este último
con consumos que pueden superar los 30.000 m3/Ha
(aunque oficialmente sólo se admitan 12.000). Por
lo tanto, en Aragón en vez de más hectáreas lo
que hace falta es mejorar y adecuar los que hay.
Un claro ejemplo de
todo lo dicho son los regadíos de Bardenas
servidos por el embalse de Yesa. Este es sin duda
el gran polígono más ineficiente y con la tasa
de riego a manta más alta de Aragón, cercana al
92 % de sus más de 60.000 Ha (en 2003 hay 77.000 Ha en
riego). A pesar de ello se pide el
recrecimiento de Yesa, que pasaría de una
capacidad de 470 a 1525 Hm3, para poner
6045 hectáreas contempladas en el PNR que sólo
requerirían 48 Hm3 y consolidar las
actuales. Con la mejora de la eficiencia más los
embalses laterales que están en construcción o
proyecto (Malvecino, La Verné y Carcastillo, que
suman 41 Hm3), bastaría para cubrir
las demandas. Además, se dice que se usarán 100
Hm3 para el agua de boca de Zaragoza y
su entorno, aunque estas aguas se almacenarán en
el embalse de la Loteta, actualmente en construcción.
¿Dónde irá a parar todo esa agua o la de
embalses como Biscarrués y Santaliestra?
Quizás la clave
esté en las palabras de Luis Ciudad, presidente
del sindicato de riegos de Bardenas, publicadas en
el "Heraldo" del 5 de abril de 1999: «Con
Yesa recrecido podemos satisfacer las necesidades
de Bardenas, dar servicio a industrias
agroalimentarias y a los abastecimientos de
Zaragoza y entorno... y, con el agua que sobre,
podemos negociar con catalanes o valencianos»; o
en las del Ministro Jaume Matas del pasado
31 de julio en Calatayud donde dijo que para que
se pueda llevar a cabo el trasvase, sobre todo en
años secos, es imprescindible la regulación
aguas arriba de Mequinenza.
Y mientras muchos
pueblos pirenaicos se tienen que abastecer con
cubas, Zaragoza beberá "agua de
calidad" trasvasada del Pirineo. ¿Sería
mucho pedir a cambio que en el Pignatelli hubiera
"políticos de calidad"?
Está claro, en
Aragón más que sed lo que hay es gula de agua
por parte de algunos.
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