OPINIÓN

El Periódico de Aragón, miércoles 28 de marzo de 2001

Talibanes del agua

Daniel Goñi. Biólogo

Todos nos hemos indignado con la destrucción de los símbolos budistas de Afganistán por parte de los fundamentalistas talibanes. Eran parte del Patrimonio de la Humanidad, tal como reconoció la UNESCO, a pesar de lo cual han sido reducidos a polvo.

Pero nosotros también tenemos símbolos y monumentos, mundialmente reconocidos, en peligro de ser destruidos por otros fundamentalistas, pero del cemento y la hidroelectricidad, del pelotazo hidráulico en definitiva gracias al Plan Hidrológico Nacional (PHN) y al Pacto del Agua en Aragón. Visten corbata y americana, aunque algunos llevan también cachirulo. Me refiero al Camino de Santiago, que con casi dos mil años de historia de la cristiandad, fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad en 1993. Este importantísimo icono de la cultura de Europa está amenazado por una de las obras emblemáticas del PHN, que acaba de entrar a ser debatido en las Cortes, el recrecimiento de la presa de Yesa en el Pirineo aragonés. Con más de 1500 hm3 de capacidad será uno de los almacenes clave para el proyectado trasvase de la cuenca del Ebro. Dicho embalse destruirá 22 kilómetros de la Ruta Jacobea, así como numerosos elementos de patrimonio histórico-artístico y cultural asociados al mismo como son: los baños termales de época romana en Tiermas; cinco villas y poblados romanos en Artieda y Esco; las ermitas románicas de San Jacobo y San Juan Bautista, en Ruesta, y de San Esteban en Sigüés, con restos arqueológicos de monasterios y necrópolis; el Hospital de Peregrinos de Santa Ana (s. XVI) en Sigüés; la muralla, la torre del castillo y el casco urbano medievales de Sigüés; y la ermita del s. XVIII de San Pedro en Artieda.

Por si todo lo dicho fuera poco, este proyecto de PHN también va a significar la expulsión de sus casas de casi 400 personas de los pueblos de Artieda, Mianos, Sigüés y Erés, lo que quiere decir que los Sres. Aznar y Matas mienten como bellacos cuando dicen que el plan hidrológico del PP beneficia a todos y no afecta a nada ni a nadie.

Pues bien, parece que esta amenaza no le importa a nadie. Nos indignamos ante lo que sucede a miles de kilómetros, pero nuestros políticos regionales y nacionales son insensibles ante la destrucción de nuestra cultura y de nuestro patrimonio.

Como podrá apreciar el lector inteligente, los que llevamos tiempo manifestándonos en contra de este PHN no somos unos paletos ni vamos engañados a las movilizaciones, como pretenden hacer creer desde el Gobierno.

 

Asociación Río Aragón