OPINIÓN

Siete de Aragón n.º 302, del 27 de noviembre al 3 de diciembre de 2000

"El Mueso"

POLÍTICA HIDRÁULICA ARAGONESA
José Manuel Nicolau

Ahora que ya ha quedado claro que el Pacto del Agua (PA) era un instrumento del gobierno central para utilizar el territorio y el agua aragoneses en favor de intereses ajenos a nosotros, nos toca a los aragoneses ponernos de acuerdo para diseñar una política hidráulica que responda a las necesidades reales de nuestro pequeño y hermoso país.

Rechazo / relectura del PA utilizando la cuota de autogobierno de que disponemos para emplear por fin el agua en atender nuestras necesidades reales, reduciendo los desequilibrios territoriales, conservando y restaurando los servicios ambientales que recibimos de nuestros ecosistemas y teniendo el diálogo y el entendimiento montaña-regantes-Zaragoza por bandera.

Hay que consolidar, modernizar y hacer competitivo el regadío de cara al mercado abierto que se avecina. Hay que incrementar la regulación de nuestros caudales ejecutando las obras menores del PA que sean adecuadas y promoviendo la regulación en tránsito en los polígonos de riego. Ni Yesa, ni Biscarrués, ni Jánovas, ni Santaliestra, ni Lechago tienen sentido.

Hay que saldar la deuda histórica contraída con el Pirineo por su contribución al desarrollo del Llano, albergando las obras de regulación, sobrepasando su capacidad de acogida como territorio, lo que lo desvertebró. Al igual que hay que resarcir también a los territorios del regadío expectante, hoy inviable en buena medida, prometido demagógicamente por cohortes de políticos irresponsables.

¡Y atención! Inflexibles con los que juegan a ser aguatenientes. Y estrecha vigilancia a la CHE, caballo de Troya que tanto ha malmetido.
 

Asociación Río Aragón