Del Escaño Al Coro
José Antonio Labordeta

Aquí no tenemos 'Zaplanas' que llevarnos a la boca. Los representantes de los partidos mayoritarios, los que deciden dónde y cuándo, son unos mandaos que obedecen a ciegas el dictado de sus ejecutivas.

Por fin el lobito malo ha enseñado su patita negra por debajo de la puerta y su disfraz de corderito bondadoso se le ha caído de golpe: los trasvases, la enloquecida política de los trasvases, ha salido a la superficie y lo que veníamos denunciando, desde siempre, aquello de que los pantanos de Santaliestra, Biscarrués, Jánovas y el recrecimiento de Yesa no eran para regar ni Monegros ni Bardenas, ya ha estallado. Cínicamente dicen en el proyecto que hay que crear nuevos embalses para la regulación de las aguas en aquellas zonas excedentarias de agua. ¿Saben ustedes quiénes, dicen, somos excedentarios de agua? Los aragoneses. Que se lo digan a los de los secanos de Belchite, Bajo Aragón y el resto de comarcas de nuestra tierra en la que el agua sigue siendo casi un milagro.

Pero aquí no tenemos Zaplanas que llevarnos a la boca. Nuestros representantes de los partidos mayoritarios, aquellos que deciden dónde y cuándo, son unos mandaos que obedecen a ciegas el dictado de sus ejecutivas. Y ahora que las cosas han llegado a su punto definitivo vamos a ver a todos los que se han llenado la boca con promesas qué camino toman.

Porque no es una broma. Vean las cifras. En Aragón prometen una inversión de 401.247 millones para --atentos al detalle-- modernizar regadíos --nada de nuevos-- 185.308 y para la regulación 144.212. Es decir, casi la mitad para anegar las tierras que guarden el agua para las portaventuras, tierras míticas, los campos de golf y los regadíos aquellos que, cuando reciben el agua, revalorizan el barro y el polvo en un mil por mil. Y así, mientras, nosotros hablando de los problemas que nos vienen de fuera, como es el terrorismo de ETA.

Y es que el señor Matas entró en su ministerio como un elefante en una cacharrería. Era el obediente de las grandes constructoras y de las increíbles inversiones del presidente de la Generalitat Valenciana que ya acabó con Benidorm y ahora nos toca a nosotros. La perspectiva, vista desde el mapa sintético, publicado en un periódico nacional, es desoladora. Nuestra única riqueza se nos la llevan, a cambio de nada. Es como si a cualquier productor de petróleo se le llevasen el crudo sin intercambio económico. Y aquí es donde quiero yo ver a mis jefes enfundados en la rabia y en la dura negociación. Y si ellos no pueden con el oligopolio levantado en los alrededores de vaya usted a saber quién, habrá, como hace muchos años, que volver a la calle. Entonces no había libertad y, aún así, ganamos la batalla. Ahora con libertad no la vamos a perder.

Porque además el plan acapara 200.000 millones de pesetas de Bruselas cuando la Comunidad ha dicho, por voz de la señora Loyola de Palacio, que no va a haber ni un sólo euro para faraónicos trasvases. Pero ojo, esta cuadrilla de recién llegados son capaces de pasarse el euro por la entrepierna y arrebatarlo de aquellos otros menesteres fundamentales para la vida del país. David vuelve a enfrentarse a Goliat. La lucha, como en tiempos, va a ser dura. Y nuestro futuro está ahí.