Opinión
El Pirineo Aragonés, 9-VIII-2002
Gula de Agua

José Luis Benito

En Aragón, la sed del campo y la necesidad de la redención del secano mediante el regadío son atávicas. Pero se trata de mitos o realidades. Se habla mucho de agua pero se debate poco y se aportan menos datos, por lo cual las informaciones referentes a este asunto suelen estar viciadas y llenas de tópicos.

Veamos algunos datos sobre el regadío aragonés (procedentes del Ministerio de Agricultura y la DGA, referentes al año 2000). Siendo Aragón la cuarta comunidad autónoma en superficie total y la décima en número de habitantes, alberga el 12,9 % del regadío español (436.741 Ha). Ello la coloca en el tercer lugar en superficie regada después de Andalucía y Castilla y León, y la segunda en consumo de agua para la agricultura, tras Andalucía. Aragón tiene puesto en regadío el 9,15 % de su territorio, frente a la media nacional del 6,69 %, ocupando la cuarta posición tras Murcia, Valencia y La Rioja. Debido a su poca población, es la comunidad española con una mayores coeficientes de superficie regada por habitante (0,37 Ha/hab., frente al 0,09 de la media nacional) y de consumo de agua para agricultura por habitante (2148,3 m3/hab., frente a los 448,1 m3/hab. de media española).

Sin embargo, el dato más escandaloso es que Aragón tiene la mayor superficie de regadío por gravedad (a manta) de España., lo que supone el 80,5 % de lo que se riega en Aragón, cuando la media nacional es del 58,5 %, ocupando la 3ª posición por detrás de Navarra y Madrid.

Con respecto a las subvenciones, por la PAC, sólo la comarca de las Cinco Villas recibió 5631 millones de pesetas en el año 2000 (incluyendo ganadería), 1,7 veces más de lo que reciben las cuatro comarcas pirenaicas juntas. El 40% de ese dinero fue a parar al regadío, siendo la mitad de las ayudas a herbáceos. A ello debemos añadir los 10,6 millones de euros (1.763 millones de ptas.) que acaba de aprobar el GA para poner en marcha el sector XII de Bardenas, lo que puede suponer más de 80 millones de pesetas/Ha.

Tampoco debemos olvidar el negocio que representa para los sindicatos de riego la producción de electricidad en los polígonos con el agua destinada a regar. Las 3 centrales en Bardenas (Carcastillo, Cinco Villas y La Pardina) y 7 en Riegos del Alto Aragón (Berbegal, Montanera, Odina, Piracés, Sotonera, Torrollón y Valdespartera) generan cientos de millones de pesetas al año prácticamente limpios y gracias a unas infraestructuras que pagamos entre todos.

Por otra parte hay que decir que los regantes no pagan por metro cúbico de agua consumida si no por hectárea. Aunque haya unas dotaciones teóricas para cada polígono de riego, al no haber un control en parcela del agua consumida, esto hace que los consumos se disparen, pues el regante pagará lo mismo tanto si usa un metro cúbico como si usa 8000, y a precios irrisorios.

A la luz de estos datos parece claro que el secano aragonés ha sido suficientemente redimido. El alto consumo de agua y la alta tasa de regadío a manta habla bien a las claras del bajo porcentaje de modernización y de eficiencia de uso, lo que en tiempos de sequía y escasez, habituales por otra parte en nuestro país, hace que muchos regadíos entren en crisis ya que no están preparados adecuadamente para poder soportar estos períodos. Ello aboca a la petición de más embalses y a la generación de nuevas expectativas, que lejos de arreglar el problema lo agravan, pues ante la perspectiva de más agua, no invierten en sistemas que economicen este recurso, en un claro paralelismo con lo que está ocurriendo en el levante con el trasvase. Salvo honrosas excepciones como el Canal de Aragón y Cataluña, donde el descarte reiterado de proyectos de embalse como Campo, Comunet y ahora Santaliestra, ha obligado a mejorar la eficiencia y ha impelido a buscar soluciones alternativas sin construir más pantanos.

Al ser el agua un recurso prácticamente gratis, en Aragón muchas veces se cultiva más en función de la prima de la PAC que de la adecuación del cultivo al terreno o a la disponibilidad de agua. Ello se traduce en despilfarro y mal uso del agua, con lo que los regantes pasan de agricultores a "caza primas", pues no interesa el producto si no la subvención. Esto es un grave error estratégico si tenemos en cuenta que la nueva política agraria comunitaria y la entrada de nuevos países en la UE harán que acaben desapareciendo las ayudas. No aumentar la oferta de agua para regar hará que los sistemas se tengan que modernizar y los cultivos se adapten al terreno (por otra parte una prioridad del Plan Nacional de Regadíos), y no como ocurre ahora que en pleno desierto se están poniendo cultivos muy exigentes en agua como maíz o arroz, este último con consumos que pueden superar los 30.000 m3/Ha (aunque oficialmente sólo se admitan 12.000). Por lo tanto, en Aragón en vez de más hectáreas lo que hace falta es mejorar y adecuar los que hay.

Un claro ejemplo de todo lo dicho son los regadíos de Bardenas servidos por el embalse de Yesa. Este es sin duda el gran polígono más ineficiente y con la tasa de riego a manta más alta de Aragón, cercana al 92 % de sus 60.000 Ha. A pesar de ello se pide el recrecimiento de Yesa, que pasaría de una capacidad de 470 a 1525 Hm3, para poner 6045 hectáreas contempladas en el PNR que sólo requerirían 48 Hm3 y consolidar las actuales. Con la mejora de la eficiencia más los embalses laterales que están en construcción o proyecto (Malvecino, La Verné y Carcastillo, que suman 41 Hm3), bastaría para cubrir las demandas. Además, se dice que se usarán 100 Hm3 para el agua de boca de Zaragoza y su entorno, aunque estas aguas se almacenarán en el embalse de la Loteta, actualmente en construcción. ¿Dónde irá a parar todo esa agua o la de embalses como Biscarrués y Santaliestra?

Quizás la clave esté en las palabras de Luis Ciudad, presidente del sindicato de riegos de Bardenas, publicadas en el "Heraldo" del 5 de abril de 1999: «Con Yesa recrecido podemos satisfacer las necesidades de Bardenas, dar servicio a industrias agroalimentarias y a los abastecimientos de Zaragoza y entorno... y, con el agua que sobre, podemos negociar con catalanes o valencianos»; o en las del Ministro Jaume Matas del pasado 31 de julio en Calatayud donde dijo que para que se pueda llevar a cabo el trasvase, sobre todo en años secos, es imprescindible la regulación aguas arriba de Mequinenza.

Y mientras muchos pueblos pirenaicos se tienen que abastecer con cubas, Zaragoza beberá "agua de calidad" trasvasada del Pirineo. ¿Sería mucho pedir a cambio que en el Pignatelli hubiera "políticos de calidad"?

Está claro, en Aragón más que sed lo que hay es gula de agua por parte de algunos.

Asociación Río Aragón-COAGRET