Opinión
Diario del AltoAragón, 23-III-2002
Nichos para Yesa

José Luis Benito

Eso es lo que nos depara el plan de restituciones del embalse de Yesa, nichos nuevos y relucientes para Sigüés y Mianos, dos de los municipios que serían inundados por el recrecimiento (Sigüés, además, su núcleo urbano). Muy propio. ¿Qué otra cosa se puede esperar? Para un territorio que va a morir, lo mejor es un buen cementerio, no hará falta más. Contrasta con Yesa pueblo, que con mínimas afecciones territoriales por este proyecto va a gozar de nuevas instalaciones deportivas y culturales. Es coherente. Ese pueblo podrá seguir viviendo y de hecho ya se ha beneficiado de la muerte de varios pueblos aragoneses como Tiermas, Esco y Ruesta. La muerte lleva décadas sobrevolando sobre esta zona de la Jacetania, así que lo mejor es acogerla de la mejor forma. O no. Por que para los que defendemos que las restituciones deberían ser por los embalses ya realizados, esto no es más que una nueva afrenta y tomadura de pelo. Se nos ríen a la cara y aún habrá que estarles agradecidos por que nos van a dar un sitio digno donde reposar por toda la eternidad, ya que nos quieren quitar la dignidad en vida. Es un detalle que no nos entierren bajo las aguas del pantano.

La otra cara de la moneda es Artieda, un pueblo que desde siempre se ha negado a morir y que luchará, junto con la Asociación Río Aragón y toda la Jacetania, hasta conseguir que el proyecto no se materialice. Y cada vez estamos más cerca, pues al cúmulo de irregularidades en la tramitación del proyecto (análogas a las del proyecto de Santaliestra, declarado ilegal), se unen los riesgos geológicos catastróficos y la destrucción de Patrimonio de la Humanidad (Camino de Santiago), concretados en una docena de contenciosos administrativos, querellas criminales, y denuncias ante la UNESCO y la Comisión Europea, que harán que al final no se haga este despropósito.

Asociación Río Aragón-COAGRET