Opinión
Diario del AltoAragón, 19-VIII-2004
La hipocresía de la cota media
 

M.ª Victoria Trigo Bello

Asociación Ebro Vivo - Coagret


El tema de Yesa no cierra por vacaciones. El recrecimiento de este pantano a cota media, como ejemplo de presunto diálogo y consenso, ocupa espacios en medios de comunicación y en foros diversos de materia hidráulica. Parece que han cambiado mucho las cosas, máxime cuando incluso el hipertrasvasista Partido Popular se suma a ese acuerdo... pero en realidad hay aspectos que siguen enquistados, rancios e intocables.

La cota media también inunda Sigüés (pincha para ampliar)

El verdadero debate sobre el agua en Aragón sigue siendo coto cerrado a los afectados, a los afectados de verdad. Y afectados son tanto los residentes en las zonas “pantanizables” y que se oponen a los proyectos contra los ríos de sus territorios, como las personas de sensibilidad que, aunque no residamos en esos pueblos, también sentimos que está en juego algo que va mucho más allá del palmo arriba o palmo debajo de hormigón. Y si los ecologistas urbanos, como se nos califica despectivamente tantas veces, no pintamos nada en la problemática de la montaña y los embalses, ya me dirán qué pintan los regantes de talonario y los salvadores impuestos a quienes no precisan de otra salvación que la de vivir en paz. ¿Es ético tachar de no dialogantes a quienes llevan a sus espaldas una historia plagada de asaltos contra lo suyo? ¿Aún han de aportar más para beneficio de otros? ¿Por qué no se dedican los partidarios de recrecer esa cota media, a pensar cómo compensar lo ya destrozado en Sobrarbe o en la canal de Berdún, por citar sólo dos casos?.

Antes de sacar las hormigoneras en Yesa, hay alternativas que merecen ser estudiadas, alternativas respaldadas por los mismos avales que desaconsejaban el trasvase del Ebro. ¿Por qué no tomarse el tiempo de conocerlas, de divulgarlas, de exponerlas a la opinión pública? ¿Es que el diálogo para los perdedores de siempre, ha de consistir en firmar sin rechistar lo que otros han fraguado a sus espaldas? ¿Es que la montaña sólo ha de quedar representada por las voluntades más débiles, por las de quienes en su día se resignaban a la perspectiva de verse amurallados cuando estuvo de moda la cota máxima de Yesa? Por eso, cuando leo y escucho la contumaz insistencia en la cota media me pregunto... ¿no estaremos ante una edición retocada y maquillada de aquel Pacto del Agua donde, en aras a un consenso de pacotilla, se aprobaron disparates como el pantano de Santaliestra y se desoyeron las voces que protestaban contra dicho Pacto?

Desde la indignación por la hipocresía de quienes no cejan en el empeño de seguir machacando la montaña -¡pero si para eso ya está Aramón!- y, además quieren presentar esta actitud como un gesto de diálogo, pero también desde la esperanza que nos otorga la vía de luz que se abre a raíz del caso de Santaliestra -luz que debería también alumbrar casos como Biscarrués, Mularroya y otros desmanes-, me sumo al mensaje sucinto y claro de quienes ante la imposibilidad de disponer de cauces adecuados para difundir sus argumentos, se limitan a decir pacífica pero tajantemente “Yesa No”.

Asociación Río Aragón-COAGRET