OPINIÓN

Revista El Ebro, n.º 2: 97-105 (2001)

IMPACTO DEL TRASVASE SOBRE EL PIRINEO

José Manuel Nicolau. Profesor de Ecología de la Universidad de Alcalá de Henares

Los embalses proyectados en el Pirineo Aragonés, como reguladores del agua del trasvase, limitarían notablemente su viabilidad como territorio al inutilizar 5.000 Ha de fondo de valle importantes para la articulación del Sobrarbe, La Jacetania y La Galliguera. Pondrían en riesgo la seguridad de vidas humanas aguas abajo de las presas de Santaliestra y Yesa, amenazando a localidades tan importantes como Graus y Sangüesa. Destruirían tramos de ríos de alto valor paisajístico cuya explotación turística constituye en la actualidad una importante actividad económica. Alterarían comunidades naturales y cañones fluviales de alto valor ecológico y riqueza en biodiversidad con categoría para ser Lugares de Interés Comunitario (LIC). Destruirían un relevante patrimonio cultural, básico para el mantenimiento de la identidad pirenaica. Finalmente, el desalojo y desarraigo de poblaciones nativas (500 personas) en contra de su voluntad produciría un sufrimiento humano de alcance difícilmente evaluable, que en los países de nuestro entorno no resulta ya socialmente aceptable.


El Pirineo ya resultó intensamente afectado por los embalses construidos en las décadas pasadas para la puesta en servicio de los grandes planes de regadío del Valle del Ebro: Bardenas I, Monegros y Canal de Aragón y Cataluña y para la producción hidroeléctrica. Entre los principales bienes que se perdieron se encuentran la propia población, con su entorno cultural, pues sobre 4.000 personas fueron desalojadas de sus casas y 30 pueblos tuvieron que ser abandonados. También los fondos de valle, de los que se inundaron entre 8 y 9 mil hectáreas. Éstos constituyen un espacio limitante en los territorios de montaña por su capacidad de albergar los servicios y comunicaciones y las cabeceras de comarca, por su productividad agropecuaria y su capacidad de articular el valle en su conjunto. Se puede acuñar el término de sobrarbización en referencia a la comarca del Sobrarbe que posee una de las densidades demográficas más bajas de Europa como consecuencia directa de la pérdida de los fondos de valle que ocuparon los embalses de El Grado, Mediano y que expropió Jánovas. Entre los bienes naturales desaparecidos destacan una docena de cañones fluviales y decenas de kilómetros de bosques de galería cuya contribución a la depuración y regulación de las aguas, así como la derivada de sus elevados niveles de biodiversidad y de su valor paisajístico resultaban notables. El régimen hídrico y de sedimentos de la cuenca del Ebro quedó drásticamente transformado, lo que ha tenido importantes consecuencias sobre el Delta del Ebro como más adelante se comenta.

La previsión del PHN es la construcción de 5 grandes obras de regulación más en el Pirineo: el embalse de Itoiz en el río Irati en Navarra, el recrecimiento de Yesa en el Aragón, Biscarrués en el Gállego, Santaliestra en el Ésera y Rialp en el Segre, este último recientemente puesto en servicio. Esto supone en el caso de Aragón la inundación de 3.500-4.000 Ha de fondo de valle. Afecciones a 8 localidades de las cuales se inundarían Sigüés en Yesa y Erés en el Gállego. En el valle del Irati se inundarían 1.145 Ha afectándose a 15 pequeños núcleos de población de ellos 8 inundados. En el Mig Segre, Lérida, Rialp inunda 5.000 Ha. Se ven afectadas 6 localidades, 2 de ellas inundadas. De llevarse a cabo estas actuaciones se agudizarían algunos de los efectos anteriores, sobre los cuales la sociedad actual tiene una nueva perspectiva. El desalojo de poblaciones nativas es rechazado de plano en los países de nuestro entorno pues la sensibilidad hacia el sufrimiento humano, el desarraigo y la pérdida de identidad que comporta es muy superior en nuestra sociedad en relación a décadas pasadas. La inundación de fondos de valle constituiría un paso hacia la sobrarbización de La Jacetania de recrecerse Yesa al crearse un vacío demográfico de 40 kilómetros entre Sangüesa y Puente La Reina, dejando aislados a los valles de Ansó y Echo. Un hecho relevante y novedoso respecto a los embalses ya construidos es el riesgo geológico que comportan las presas de Santaliestra, Yesa e Itoiz, de consecuencias catastróficas para la seguridad de los pobladores aguas abajo, según los informes técnicos realizados por la universidad de Zaragoza y técnicos independientes del máximo prestigio. El valor escénico y paisajístico de los ríos proporciona un rendimiento económico que no se producía anteriormente. Es el caso del río Ésera y, especialmente del río Gállego, amenazado por la presa de Biscarrués, que ha generado una importante actividad económica en la comarca por la afluencia de 20.000 practicantes de deportes de aventura al año. También hay una mayor sensibilidad por el patrimonio cultural, de gran valor en el valle del Aragón, donde se inundarían 22 Km del Camino de Santiago con sus bienes inmuebles.

En relación al patrimonio natural, los tramos de ríos que se perderían poseen las características requeridas para ser catalogados como Lugares de Interés Comunitario (LIC) en el marco de la Directiva Hábitats de la Unión Europea, por conservar comunidades de ribera incluidas en la lista de la directiva en buen estado de conservación. El río Gállego posee el enclave de los Mallos de Riglos y el Aragón la Foz de Sigüés, ambos de alto valor paisajístico y ecológico por su niveles de biodiversidad. El Gobierno de Aragón, contraviniendo los criterios técnicos, ha excluido precisamente estos tramos de la lista de LIC por solaparse con las superficies afectadas por los proyectos hidráulicos.

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Asociación Río Aragón