Nosotros somos los que
hemos nacido y crecido bajo la amenaza del Recrecimiento de
Yesa. Quizás al principio éramos demasiado pequeños para
comprender bien el alcance y las consecuencias de este
injusto proyecto pero, sin embargo, allí estábamos para lo
que se necesitara, porque para nosotros no hacía falta
entenderlo, simplemente al ver a nuestros padres, familia y
vecinos luchar con tanto esfuerzo, no dudábamos de que lo
hacían por nuestro bien, por conseguir acabar con esta gran
injusticia y darnos un futuro mejor.
Los años fueron pasando,
fuimos creciendo y tuvimos que marchar fuera del pueblo a
estudiar, precisamente para comenzar a labrarnos un futuro
que, aunque siguiera bajo la amenaza del Recrecimiento, no
imaginábamos en ningún otro lugar que no fuera aquí.
Mientras tanto seguíamos apoyando a nuestro pueblo,
defendiendo lo que es justo. Manifestaciones,
concentraciones, marchas, conciertos, reuniones, huelga de
hambre… lo que hiciera falta para demostrar que no iban a
poder con nosotros.
Ahora que ese futuro ha
llegado, la amenaza continua y, por desgracia, ya
comprendemos demasiado bien sus posibles consecuencias. A
pesar de todo, aquí estamos. Aquí vivimos, trabajamos,
estamos construyendo nuestras casas y pretendemos formar una
familia. Por no perder todo esto, que tanto nos está
costando conseguir y que algunos están empeñados en
destruir, seguiremos luchando como hasta ahora, como lo han
hecho y siguen haciendo nuestros padres, pero con mucha más
fuerza si cabe, puesto que lo que nosotros logremos influirá
en el futuro de nuestros hijos y no permitiremos que sea
igual o incluso peor que el que nosotros estamos viviendo.
Ahora se dice que las
víctimas son los seis exculpados pero, ¿realmente están
seguros de que es así? Ellos, tras seis años de
“sufrimiento”, han sido absueltos. Nosotros, tras más de
veinte años de sufrimiento, seguimos estando amenazados.
|