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SanguesaDigital.com,
4 de junio de 2013


"Hay que vaciar parcialmente el embalse con un cuidado extremo"

  • Aquí hay un problema de prepotencia de alguno de los cuerpos de ingenieros

  • El caso de Yesa es la prueba evidente de que es muchísimo más barato y seguro embalsar agua fuera del cauce principal

Tenemos la oportunidad de entrevistar al geólogo que lanzó la voz de alarma en el caso embalse de Yesa, Antonio Casas. Es profesor de la Universidad de Zaragoza y su sugerencia de evacuar Sangüesa ante el peligro que representa la presa, provocó una atención mediática nunca antes vista en nuestra ciudad.

Agradecemos desde aquí el tiempo y las palabras que nos ha dedicado el geólogo en esta entrevista, que reproducimos íntegramente a continuación.

SD. La primera pregunta es casi obligada, aunque ya la ha matizado en algún que otro medio. ¿Hay que evacuar Sangüesa?

AC. De lo que no hay duda, es que habría que haber evacuado Sangüesa en febrero, cuando se produjo el movimiento importante del deslizamiento del estribo derecho del embalse, ya que el riesgo para la presa era muy alto, e inminente. No haber avisado y evacuado ha sido una grave irresponsabilidad, al menos en mi opinión.

¿Se dan las condiciones para una evacuación en estos momentos? Es cierto que la velocidad del deslizamiento ha disminuido estos últimos meses, pero el riesgo sigue ahí, y un movimiento importante causaría el colapso catastrófico de la presa. Ahora mismo Sangüesa podría convivir con el embalse, pero sólo en la medida en que sea posible evacuar a la población en el tiempo de llegada de la avenida (algo menos de media hora) en caso de rotura de la presa. Todas las zonas aguas abajo de la presa que no puedan ser evacuadas en ese tiempo (y demostrado en simulacros, no de forma teórica), tendrían que ser desalojadas de forma permanente o mantenerlas con ocupación ocasional, no como vivienda. Hay que tener en cuenta también que la zona inundable depende de la cantidad de agua que almacena el embalse. Si se redujera ese volumen embalsado, la zona inundable sería menor y el problema también sería más manejable.

SD. Suponga que usted es sangüesino, que vive en Sangüesa, y se ve envuelto en semejante tormenta mediática. Informaciones contradictorias, la CHE, los gobiernos, las asociaciones, el ayuntamiento, usted… ¿Qué haría?

AC. Yo pediría toda la información existente hasta ahora, intentaría valorarla y exigiría a la administración una subvención para pagar informes realizados de forma independiente, algo que evidentemente no es sencillo, dado que numerosos profesionales han estado trabajando para la CHE, en este y otros proyectos. Por eso, quizá habría que hacer primero una lista de posibles profesionales independientes. El ejemplo más ilustrativo son los informes encargados por el Colegio Oficial de Geólogos que insisten de forma reiterativa e irresponsable en la estabilidad de las dos laderas, a pesar de que las evidencias en sentido contrario eran ya manifiestas cuando se realizaron los informes. Tampoco después de producirse los deslizamientos se ha emitido ninguna addenda corrigiendo los parámetros que figuran en los citados informes. ¿Por qué entonces se le adjudica la categoría de independiente al Colegio de Geólogos?

SD. Si las cosas no están tan bien en Yesa, ¿por qué desde la CHE se sigue insistiendo en que la presa actual es segura y que incluso el recrecimiento paralizará los movimientos de tierra? ¿Qué interés hay en seguir con una obra insegura?

AC. En todas las obras hidráulicas hay cuestiones de interés económico pero quizás el punto básico sea la autojustificación de la obra en sí misma y el empeño de los técnicos y políticos que consideran que su prestigio está involucrado en su realización. También se sabe que, a pesar de lo manifestado por los interesados, no existen apenas responsabilidades de los técnicos en caso de obras fallidas, inservibles, o con grandes desvíos presupuestarios. En la cuenca del Ebro hay un interesante (por calificarlo de alguna manera) muestrario de obras inútiles o con graves problemas (embalses del Val, Enciso, Terroba, Montearagón, Loteta, Itoiz, Mularroya...). En el caso de Yesa, y desde el punto de vista de la seguridad, el empeño en seguir con la obra es una huida hacia adelante, buscando en la nueva obra de recrecimiento la solución a todos los problemas. Sin embargo, el recrecimiento supone una subida del nivel del agua que castigará aún más el factor de seguridad de las laderas, haciéndolas más sensibles a los deslizamientos. Además, una presa de no es un dique de contención, es una estructura delicada que no se puede utilizar de ninguna manera para estos fines. Se supone que los estribos y el fondo del cauce son los que sujetan la presa, y no viceversa.

SD. Hablan de usted como un “anti Yesa” declarado y que no se puede hacer mucho caso a lo que diga porque no resulta realmente independiente. ¿Qué tiene que decir a esto?

AC. Se podría proceder de forma análoga con los firmantes de los informes encargados por la administración, pero creo que no tiene sentido entrar en ese terreno. Me parece que hay que discutir sobre datos y parámetros, de la forma más objetiva posible.

SD. ¿Cree que ha sido exagerada la reacción de los medios? Días antes de comparecer ante las Cortes de Aragón también lo hizo ante el Parlamento de Navarra. ¿Acaso dijo algo distinto en un sitio que en otro? ¿Por qué la reacción se da tras hablar en Aragón?

AC. La principal diferencia en mis intervenciones es que en la comparecencia ante las Cortes de Aragón tenía más datos sobre lo ocurrido en la crisis de Febrero y lo que me alarmó realmente fue la actitud de la CHE y la ausencia total de información a los afectados en un momento en que pudo pasar cualquier cosa. Quizá eso lo transmití de forma más palpable en Zaragoza que en Pamplona.

SD. El alcalde de Sangüesa, Ángel Navallas, compareció ante el Parlamento de Navarra el mismo día que lo hacía usted. ¿Cómo ve la posición actual del ayuntamiento? ¿Lo ve con usted?

AC. Estoy a disposición del alcalde y del ayuntamiento de Sangüesa para explicarles mi visión del problema. Creo que, junto con los ciudadanos de Sangüesa, son los que tienen más derecho a conocer de cerca la situación del asunto.

SD. El geólogo Antonio Aretxabala salió unos días después de saltar la alarma en los medios. Parece que comparte sus tesis. ¿Conocía antes a Aretxabala? Quizás le haya visto en los medios. ¿Qué opinión le merecen sus palabras?

AC. No habíamos coincidido antes y todavía no nos hemos visto en persona, pero desde que empezó el tema de los deslizamientos hemos intercambiado correos. Yo creo que ambos estamos en la línea de buscar una explicación científica a los fenómenos que tienen relación con los movimientos de ladera y en ese sentido me parecen acertadas muchas de sus tesis.

SD. Desde las asociaciones contrarias al recrecimiento e incluso desde el propio Ayuntamiento de Sangüesa se habla de otra política del agua, otra forma de gestionarla. ¿Sabría hacernos un resumen?

AC. El caso de Yesa es la prueba evidente de que es muchísimo más barato y seguro embalsar agua fuera del cauce principal. La alternativa planteada por la Fundación Nueva Cultura del Agua, que es la construcción de balsas laterales a lo largo del canal de Bardenas, habría permitido regar ya y aprovechar el agua sin tener que tocar las laderas de la presa. Sólo hay que imaginar el rendimiento que habrían tenido las máquinas que han estado trabajando todos estos años (con el único resultado de la desestabilización de las laderas y poner en peligro a la población de Sangüesa) si hubieran estado trabajando en la realización de las balsas planteadas.

SD. El portavoz del Gobierno de Navarra, Sánchez de Muniáin, dijo que usted estableció una alarma similar con la presa de Itoiz. ¿Tiene algo que decir?

AC. Sí, tengo que decir que la presa de Itoiz es tan insegura como la de Yesa, por volumen y posición de los deslizamientos, y que la única diferencia es que el movimiento de la ladera izquierda es más lento, de momento (en torno a milímetros por año), pero puede acelerarse en cualquier momento.

SD. El presidente de la CHE, Xavier de Pedro, también habló de usted. Aparte de calificarlo como alarmista, dijo que existe una sentencia del Tribunal Supremo que afirma que usted no tiene experiencia en obras hidráulicas.

AC. Aquí hay un problema de prepotencia de alguno de los cuerpos de ingenieros que han sido relevantes en la historia reciente de este país. Un geólogo no puede hacer un proyecto de presa, al igual que un ingeniero civil no es capaz de realizar una cartografía geomorfológica de las laderas de un embalse para detectar posibles deslizamientos. La única forma de realizar una obra en condiciones es combinar todas las especialidades, realizar los estudios necesarios (no meros trámites para cumplir el expediente, como se hace ahora con los estudios geológicos o de impacto ambiental) y tener la suficiente humildad como para renunciar a hacer la presa cuando se ve que no se puede garantizar la seguridad de la obra (o que la magnitud de las obras complementarias incrementa el presupuesto frente a otras alternativas).

SD. Tal como está la situación, es comprensible que la población, en este caso de Sangüesa, no crea ni a unos ni a otros. Si alguien miente, ¿por qué no se ha ido todavía a los tribunales?

AC. Porque existe una cierta dosis de interpretación al analizar los problemas geológicos, no sólo en este caso. En el caso de Yesa, el que los análisis de estabilidad de laderas proporcionen valores seguros o no depende en gran medida de los parámetros asignados a los materiales (flysch Eoceno o coluviones cuaternarios). Por ejemplo, un cambio de 7º en el ángulo de rozamiento interno hace que el factor de seguridad cambie considerablemente y pase de la zona segura a la insegura. ¿Quién tiene razón? Puesto que no estamos hablando de una ciencia exacta, lo razonable es adoptar valores que permitan garantizar la seguridad de la presa, y yo creo que en el caso de los informes aportados por la CHE y por el Colegio de Geólogos no se cumple esta premisa.

SD. ¿Cuál es, según su criterio, el siguiente paso en el tema Yesa?

AC. Entiendo que son imprescindibles cuatro pasos: 1. Instalar un sistema de alarma eficaz y con mantenimiento continuado, combinando de forma continua medios automáticos y humanos, y que incluya la realización de simulacros periódicos en las poblaciones afectadas. 2. Vaciar parcialmente el embalse con un cuidado extremo (puesto que las variaciones de nivel pueden desencadenar los movimientos de ladera) y en situación de emergencia, hasta una cota que sea compatible con el mantenimiento de los riegos y minimice el riesgo de inundación (que podría ser la cota del canal de Bardenas). 3. Empezar de modo urgente la construcción de balsas a lo largo del canal de Bardenas para sustituir el equivalente de agua del no llenado del embalse, renunciando de forma definitiva al recrecimiento y al llenado total del embalse actual. 4. Eventualmente, y en función de la reacción de las laderas, realizar un nuevo proyecto de regulación del río Aragón, empezando de cero, considerando la inestabilidad de las laderas y decidirse por la opción más segura, sencilla y barata (por ese orden).

SD. ¿Cree viable realizar simulacros en una ciudad como Sangüesa, de unos 5.000 habitantes?

AC. No sólo viable, sino imprescindible, como existen experiencias en otros países, con más gente incluso. Si resulta que no se puede hacer un simulacro, es que tampoco hay preparación para el caso de rotura catastrófica de la presa, y puesto que el riesgo existe, es fundamental realizarlos. Además, tendrían que ser periódicos. La salida hacia la zona segura, por encima de la cota 410 del pueblo, esta definida únicamente por 7 calles perpendiculares al río. Si en caso de catástrofe a alguien le da por salir con un coche, pongamos por caso, por esas calles, o están bloqueadas por otras razones, la evacuación se complicaría considerablemente. Todas esas cuestiones tienen que estar resueltas ya, y los habitantes tienen que saber exactamente qué hacer en cada minuto de esa media hora que hay para la evacuación, sea de día o de noche, invierno o verano.

SD. ¿Sangüesa puede dormir tranquila, tal y como afirma el ayuntamiento en una nota colgada en su web?

AC. Los habitantes de Sangüesa tienen que ser conscientes de que la presa con la que están conviviendo ahora no es la presa que se construyó en 1959, y no precisamente por el envejecimiento de la obra, sino por una serie de actuaciones que han contribuido a desestabilizar las laderas. A partir de ahora el riesgo es mucho mayor que antes. Dormirá tranquila cuando los sistemas de alarma funcionen como un reloj suizo y las personas tengan interiorizadas las reacciones necesarias. Y esto requiere una tarea de educación colectiva que hay que empezar desde ya.
 

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