Zaragoza.- El geólogo y profesor de
la Universidad de Zaragoza, Antonio Casas, es la única voz técnica
que ha asegurado la peligrosidad del pantano de Yesa, durante las
Jornadas Técnicas sobre Estabilidad de Laderas en Embalses,
organizadas por la Confederación Hidrográfica del Ebro, CHE. Un
aislamiento que, según Casas, no es tal. “Hay otros técnicos que
opinan como yo, pero ninguno habla puesto que hay dependencia de
quien encarga los proyectos y los trabajos”, ha asegurado.
Casas afirma que hay un movimiento en las laderas que puede llegar
a provocar el deslizamiento de 50 hectómetros cúbicos de
materiales, o lo que es lo mismo, más de 100 millones de
toneladas. Ha explicado que los factores de seguridad barajados en
las Jornadas son de entre 0,9 y 1,4, mientras que un organismo
como la Inspección Geológica de los Estados Unidos “está hablando
de que los factores deben ser mayores del máximo que se ha
presentado aquí”.
Otro aspecto que Casas ha querido señal es la interrelación entre
cualquier movimiento sísmico que pueda producirse en Yesa o Itoiz.
“Ambas presas están en la misma zona sismotectónica, lo que puede
provocar un sismo en toda la zona por el llenado de uno u otro
embalse, que puede poner en peligro el deslizamiento de las
laderas”, ha explicado.
Por su parte, el técnico de la CHE, Raimundo Lafuente, ha
reconocido la existencia de riesgo en la ladera de Yesa, pero ha
asegurado que la presa es segura. Una consideración que otro de
los organizadores de las Jornadas, René Gómez, ha explicado,
asegurando que “los riesgos vienen normalizados y existe un
reglamento técnico de seguridad para establecer lo que es seguro o
no. Un reglamento que en Yesa se está cumpliendo”.
El profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, Luis Garrote,
ha señalado que de producirse una ola por deslizamiento en Yesa,
ésta podría ser de 1,5 metros, lo que no supone riesgo de
desbordamiento ni de vaciado catastrófico.
Otro profesor de la Universidad Politécnica de Madrid que ha
acudido a las Jornadas es Antonio Soriano, que ha explicado
durante las jornadas que las laderas de Yesa no son las más
adecuadas, pero niega la existencia de peligro para la población o
para la estabilidad de la presa.
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