21/03/2007 E. B. D.
Lo que hacemos es engordar las demandas para secuestrar el
agua. Ocurre en Levante, y también en Aragón", afirmó ayer
el director de la Tribuna del Agua de la Expo y experto en
materia hidráulica, Domingo Jiménez Beltrán.
Beltrán participó ayer en el séptimo Foro Permanente sobre
el Agua, dedicado al estudio de la gestión de los recursos
hídricos en el entorno del Mediterráneo. La jornada, en la
que participaron expertos de varios países, giró en torno al
"uso eficaz y eficiente del agua" y a "cómo hacer un uso
racional" de la misma.
El director de la tribuna expuso los datos que se manejan
sobre la cuenca mediterránea: los 364 millones de turistas
del año 2000 pasarán a ser 637 en el 2025, el regadío
aumentará en seis millones de hectáreas y la población de
las orillas este y sur crecerá en 92 millones en dos décadas
tras haberse duplicado --de 46 a 92-- en los últimos 30
maños. Sin embargo, la aplicación de medidas de ahorro
liberaría 70.000 hectómetros cúbicos --el agua que,
actualmente, lleva el Ebro en una década-- sobre una demanda
de casi 290.000.
Jiménez Beltrán hizo suyo un argumento de la Unesco: "No hay
crisis del agua, sino crisis de la gestión del agua". "Y esa
conclusión se aplica especialmente a España", añadió. Según
explicó, la demanda que registra el territorio estatal
podría ser reducida en 10.000 hectómetros cúbicos anuales,
entre el 25% y el 30% del consumo actual, con medidas como
la minoración de las pérdidas en las conducciones --que
superan el 20% del caudal transportado-- y el aumento de la
eficiencia en la agricultura, que hoy aprovecha el 60% del
caudal que sale de los embalses cuando podría llegar al 80%.
"Antes de construir trasvases, embalses y nuevos regadíos
hay que estudiar el principal yacimiento de recursos", que
es la gestión adecuada, dijo. "Podemos abastecer las nuevas
demandas con los ahorros", añadió.
CAMBIO CLIMÁTICO Jiménez advirtió de que el uso de los
recursos hídricos debe tener en cuenta el cambio climático,
que genera incertidumbre. "Hay que gestionar el agua como si
siempre se dieran condiciones de sequía. Se trata de hacer
más cosechas con la misma gota", señaló.
En ese sentido, apuntó que "tenemos un futuro muy prometedor
si acudimos a la innovación" en materia de gestión hídrica.
Sin embargo, consideró que un proceso de debate calmado y de
carácter técnico, como el que requiere un asunto de este
tipo, es "muy difícil" con "un clima político crispado" como
el que se vive en España en torno al agua.
El director de la Tribuna del Agua consideró "fundamental"
actuar sobre el consumo mediante tasas e impuestos. Así,
recomendó crear un tramo de suministro mínimo con un precio
bajo, político, para cubrir las necesidades básicas, que se
encareciera progresivamente para disuadir del despilfarro.
Paralelamente, apostó por subsidiar a algunos consumidores:
"El agricultor debe pagar más por el agua y, al mismo,
tiempo, cobrar por servicios por los que ahora no recibe
nada, como la conservación del medio".
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