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Diario del AltoAragón,
16 de marzo de 2007


Antonio Casas, doctor en Geología de la UZ

“Un deslizamiento en Yesa puede provocar un efecto tsunami”

  • Antonio Casas, doctor en Geología de la Universidad de Zaragoza, asegura que el problema de la inestabilidad de la ladera izquierda del embalse de Yesa es más grave de lo que los responsables institucionales dicen y que, de hecho, esta zona no ha sido estudiada en profundidad desde el punto de vista geotécnico. Él realizó informes en los años 1993 y 1999 y su conclusión es que un deslizamiento puede provocar un “efecto tsunami” y crear una gran ola que destruiría Sangüesa.


Antonio Casas respalda con datos científicos la preocupación de la Asociación Río Aragón sobre la peligrosidad de la ladera izquierda del embalse de Yesa, constatada con el deslizamiento de 3’5 millones de metros cúbicos de terreno, ocurrido en agosto del año pasado y que salió a la luz en febrero último, y con las grietas que han quedado en la zona. Casas, junto a la también profesora Maite Rico, es autor de un informe que en 1999 ya alertaba sobre este peligro, y de otro anterior, de 1993, que avanzaba valoraciones en el mismo sentido.

“El problema es más grave de lo que dicen. Es como tener una fiera enjaulada que nadie sabe cuándo puede atacar”, puesto que se trata de una ladera que no ha sido estudiada desde el punto de vista geotécnico en profundidad. Se trata de una zona “de gran inestabilidad por la disposición de los estratos de flysch, que alternan areniscas y arcillas, pero ahora hay que añadir un gran volumen de coluviales, depósitos recientes”, y todo ello sin olvidar “el deslizamiento parcial de la Refalla cuando empezaron las obras”.

“Lo grave –asegura- es que esta parte de la ladera se ha movilizado con unas pocas obras, así que no sé qué pasaría con un recrecimiento del embalse, es decir, que se saturara todavía más la ladera”, o si hubiera movimientos sísmicos –la Canal de Berdún es una zona crítica- o “una sismicidad inducida, como la que se está dando en Itoiz”.

El deslizamiento de la ladera de Yesa implicaría la caída del terreno en el embalse, que “aumentaría de nivel y en zonas donde no hay profundidad tendría el efecto de un tsunami, que en alta mar no hunde los barcos, pero al acercarse a las playas, las destruye”. En este caso el peligro es para la población navarra de Sangüesa, a la que “podría llegar una ola de 10 metros de altura”. También supondría un riesgo para la estabilidad de la presa, tanto por la movilidad de la ladera sobre la que se asienta, como por que queden obstruidos los desagües de fondo. Casas afirma que “el conjunto ya se ha movilizado, y esto no es tan fácil de parar” porque al abrir pistas en la ladera se han cortado estratos que estaban fijos. Además, estos movimientos “empiezan despacio porque cuesta romper la unión de las partículas del suelo, pero una vez en marcha, pueden ser muy rápidos”.

 

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Asociación Río Aragón-COAGRET