No
salgo de mi asombro cuando me informan del contenido del
Informe realizado para la Confederación Hidrográfica del
Ebro en agosto pasado, y del que se hace eco el diario “El
Mundo”, en su edición de hoy, 20 de febrero de 2007.
Al parecer a principios del mes de agosto de 2006, los
responsables de las obras de recrecimiento del embalse de
Yesa detectan que se ha producido un gran deslizamiento de
tierras en la ladera izquierda vertiente al fondo del
embalse, y solicitan con urgencia asesoramiento técnico.
El citado informe señala que se ha producido y sigue
produciéndose un gigantesco deslizamiento, con una longitud
y anchura en superficie de la zona deslizada del orden de
250-325 metros, con una profundidad de 20 metros, con
grietas en la ladera de más de un metro de anchura, con un
volumen de la zona que se mueve de 3 hm3 (¡¡¡3 millones de
metros cúbicos¡¡¡), y con posibles velocidades del
movimiento de hasta 3 cm/día.
El informe señala también que la causa más posible del
deslizamiento sean las obras del recrecimiento y el depósito
de materiales de excavación en la parte baja de la zona
deslizada, afirmando también que el desembalse que entonces
se estaba produciendo agravaba el deslizamiento. Proponía,
como medida urgente e inmediata, la retirada de los
materiales depositados vertiéndolos en el embalse. Nada de
esto se hizo al parecer en su momento, y hoy el embalse está
totalmente lleno.
Pero de entre todos estos detalles extremadamente graves,
hay otro que llama poderosamente la atención. El Informe en
cuestión señala que la ladera deslizada presentaba en el
pasado, antes de comenzar las obras, algún síntoma de
movimiento.
Surge así una pregunta tan lógica, como de urgente y
obligatoria respuesta. ¿Por qué en tales condiciones se
aprueba un proyecto y comienzan sus obras? Lo que de lógica
tiene la pregunta, tiene de inquietante la respuesta.
Pero la respuesta es, hoy mejor que mañana, obligatoria, y
de la competencia directa, personal e ineludible de la
ministra de Medio Ambiente Sra. Narbona. Sus subalternos en
la Confederación Hidrográfica del Ebro no tienen
credibilidad ninguna en cuanto responsables técnicos de este
proyecto escabroso. Mientras la respuesta y la asunción de
responsabilidades llegan, otra medida se revela como
imprescindible: la inmediata paralización de toda actividad
constructiva en Yesa. En la ribera del Aragón, aguas abajo,
las gentes de bien seguro que lo agradecerán.
Cuando escribo estas líneas, este proyecto escabroso está en
la mesa de la Sala 2ª de lo Penal del Tribunal Supremo,
donde hoy se analiza el recurso del Ayuntamiento de Artieda
contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid de
16 de marzo de 2006 que absolvió a diversos ex altos cargos
y ex uncionarios del Ministerio de Medio Ambiente, que
habían sido acusados por el Ayuntamiento y el Ministerio
Fiscal de diversos delitos de prevaricación, contra el
patrimonio histórico-artístico, de riesgo catastrófico y
contra los recursos naturales y el medio ambiente, como
consecuencia de su intervención personal en la tramitación
administrativa, autorización y aprobación del Proyecto de
recrecimiento del embalse de Yesa, en las “condiciones de
seguridad” de las que el informe que hoy hemos conocido es
un claro exponente práctico.
Un proceso penal en el que el Ayuntamiento de Artieda dedicó
especial atención a los riesgos geológicos y sísmicos del
proyecto de recrecimiento y de la zona en la que se ubica,
en contraposición con los péritos de la defensa que negaron
a pies juntillas que existiera riesgo alguno, para defender
que todo estaba perfectamente estudiado. El tiempo, como
siempre, pone a cada uno en su sitio. Así las cosas, nunca,
pero menos hoy, la Justicia puede ni debe mirar para otro
lado.
Vuelvo a asombrarme, en este momento, cuando recibo la nota
de prensa de la Confederación Hidrográfica del Ebro en
respuesta a este asunto, diciendo, como han hecho siempre
por otra parte, que no pasa nada, y que, incluso,
próximamente van a realizar unas jornadas técnicas para
explicar la estabilidad de las laderas de embalses y se va a
realizar una ponencia ¡¡¡en concreto sobre Yesa!!! Tengo que
frotarme los ojos para creer lo que leo, los mismos que han
asegurado hasta ayer que tenían todo estudiado y que este
proyecto no tenía ningún problema. Los mismos que han
desencadenado el deslizamiento generando un vertedero en el
pie de la ladera. Los mismos que ya quitaron importancia a
la primera grieta de 2004 en cuanto se iniciaron las
excavaciones. Y, desgraciadamente, los mismos responsables,
al menos en cuanto a su cargo, de tragedias demasiado
cercanas en el tiempo y el espacio para haberlas olvidado.
¿Se va a tener que repetir la historia para que sean capaces
de rectificar? La ceguera de la soberbia sería imperdonable.
La Sra. Narbona, y con ella todos quienes vienen
patrocinando este proyecto tienen que hablar claro a los
aragoneses, y pronunciarse personalmente para decirnos si
siguen apostando por este proyecto en estas condiciones o,
en otro sentido, hasta dónde piensan llegar, o si aquí vale
todo. Quiero pensar que, al final, se impondrá el sentido
común.
Artieda, 20 de febrero de 2007
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