Dolores Carrillo, ex directora general de Calidad y Evaluación
Ambiental, acusada en el juicio por la tramitación del proyecto de
recrecimiento de Yesa, no ha podido acreditar en su declaración de
hoy que contara con un informe favorable según el cual era
suficiente la información adicional que tuvo en cuenta para dictar
la DIA. Esta información adicional, que le fue remitida por la Confederación
Hidrográfica del Ebro (CHE)
a través de la Dirección General de Obras Hidráulicas, recogía las
deficiencias que se habían detectado en el Estudio de Impacto Ambiental
(EIA) de 1993, cuando fue
sometido a información pública. Sin embargo, entre esta
información adicional y la DIA que ella emitió no hay ningún
informe técnico ni propuesta que avale el documento que ella
firmó, y hay que recordar que lo hizo pese a que todos los
informes de su departamento eran contrarios a ello, según
confirmaron técnicos de su ministerio en su declaración ante el
tribunal el pasado viernes.
Carrillo ha declarado que, el entonces director general de Obras
Hidráulicas Carlos Escartín, jamás le informó de que había
dictado la resolución para realizar un nuevo EIA, y que se enteró
cuando la vio publicada en el BOE, precisamente en el momento en
que estaba recibiendo en varias entregas la información
adicional de la CHE. Fue al ver el anuncio en el BOE cuando pidió
un informe jurídico.
Como los demás imputados, también ha dicho que no había recibido
presiones, con lo que, como ellos, está admitiendo su
responsabilidad.
Otro de los declarantes como perito ha sido Jesús Gras, geólogo
autor de un informe en el 2003 (escandalosamente 4 años después de
la DIA), para dictaminar la validez y suficiencia de la
información adicional. En ese informe, según reconoció al
Tribunal, sólo tenía que dictaminar sobre el agua embalsada,
suelos, caudal ecológico,… pero nada más, y por eso no opinó sobre
cuestiones tan importantes como los impactos sociales, sobre el
patrimonio, ni los riesgos sísmicos y geológicos. Ha tenido que concretar que el informe había sido
encargado por alguien que, supuestamente, trabajaba para la CHE. Por
tanto, no es una prueba pericial, sino un informe de parte sin
validez.
Las demás declaraciones han versado sobre las afecciones del
Camino de Santiago. Pilar Poblador, profesora de Historia del Arte
de la Universidad de Zaragoza y perito de la acusación, se ha
mostrado contundente en sus argumentaciones sobre la defensa de
este bien Patrimonio Mundial de la Humanidad, al subrayar que no
es un mero itinerario físico, sino que lo integran también
ermitas, iglesias, albergues y pueblos.
Sin embargo para los miembros del comité de expertos (peritos de
la defensa), el Camino solo tiene un carácter espiritual y, por
tanto, según ellos, no se ve afectado por el recrecimiento. Por el
contrario han tenido que admitir a preguntas del presidente del tribunal que su informe fue pagado por la CHE y que no habían tenido en
consideración la existencia de santuarios, pueblos y otros hitos
ligados al Camino. Además han declarado que desconocían la ley de
Patrimonio de Aragón y la delimitación física del Camino y de su
entorno, que es obligatoria al estar considerado Patrimonio de la
Humanidad. Su informe ha quedado totalmente desacreditado ante el
tribunal.