En el Día Internacional de Acción contra las Represas y por los
Ríos, el Agua y la Vida, Ecologistas en Acción quiere destacar
como en el Estado español, se continúa con la vieja política de
construcción de grandes embalses. El recrecimiento de Yesa
(Navarra), el embalse de Biscarrués (Huesca), Breña II
(Córdoba), Melonares (Sevilla), Irueña (Salamanca) y Castrovido
(Burgos), son un claro ejemplo de la continuidad de una
anacrónica política hidráulica basada en un insostenible, por
desproporcionado, crecimiento de la oferta del recurso,
desatendiendo la eficiencia y control de las demandas, y
obviando los graves impactos sociales y ambientales de estas
obras. En este principio del siglo XXI veremos en el Estado
español como siguen desapareciendo pueblos y ecosistemas de alto
valor económico, social, paisajístico y ambiental, bajo las
aguas de estas infraestructuras.
Los dos grandes argumentos que se siguen utilizando para
justificar estos grandes embalses siguen siendo la falta de
aguas del clima mediterráneo y la necesidad de satisfacer el
crecimiento de la demanda de una sociedad cada vez más
desarrollada.
La primera de las causas: la sequía climática, lejos de
solucionarse se verá incrementada por los efectos del cambio
climático, planteando el estudio más reciente del Ministerio de
Medio Ambiente que el calentamiento global puede llevar a un
escenario en las grandes cuencas del Estado de una pérdida de
hasta el 25% de la capacidad de regulación. La construcción de
grandes embalses no soluciona el problema de la escasez en tanto
que no se afronte su causa principal, el crecimiento continuo y
descontrolado de la demanda.
El segundo argumento, el de la necesidad de desarrollo cae por
sí solo cuando se analiza los niveles de eficiencia del sistema.
Sólo en los consumos agrícolas, que suponen más del 80% del
consumo total de agua, se siguen teniendo pérdidas de entre el
40 y 60% en sus redes, llegándose a perder en las redes de riego
un volumen similar al resto de consumos de la población
española. Muchos de estos cultivos a pesar de recibir cuantiosas
subvenciones, no destacan ni por su creación de empleo, ni por
su reparto de la riqueza en el mundo rural, ni al conjunto de
los ciudadanos.
La necesidad y la eficiencia no se demuestran tampoco, cuando
después de 10 años de su construcción muchos embalses siguen
careciendo de las conducciones para su uso. En definitiva, como
reminiscencias de una época ya pasada, todavía se continua con
la construcción de algunos grandes embalses, que producen un
gran impacto medioambiental, social y económico, y cuya utilidad
en muchos casos resulta prácticamente inexistente.
Coincidiendo con esta fecha está teniendo lugar el juicio ante
la Audiencia Provincial de Madrid, por el recrecimiento del
embalse de Yesa (río Aragón), contra la ex Directora General de
Evaluación Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, el ex
Director General de Obras Hidráulicas, entre otros altos cargos,
de tiempos de Isabel Tocino. Para el ex Director General de
Obras Hidráulicas, hay peticiones por parte de la Fiscalía de
hasta 9 años de prisión por presunta prevaricación para
adjudicar la obra a una constructora, ACS, que lo contrató al
dejar su cargo.
Estos grandes proyectos han afectado a un 20% de nuestros
espacios protegidos y han supuesto la pérdida de ecosistemas de
gran valor, así como de valores culturales como pueblos,
paisajes, vegas, edificios y puentes históricos que serán
inundados. En concreto, podemos destacar el caso del embalse de
de Breña II, inundará una de la últimas zonas de Lince Ibérico.
Para Ecologistas en Acción, una buena conservación en calidad y
cantidad del recurso agua, pasa necesariamente por una buena
conservación de los ecosistemas fluviales y que el agua más allá
de ser un mero beneficio económico, es un bien necesario para la
vida misma y en cuanto tal debe gestionarse.
Por último, en este Día Internacional, Ecologistas en Acción
quiere solidarizarse con los miembros de Solidarios con Itoiz
que todavía se encuentran en prisión por haberse opuesto a la
construcción del embalse de Itoiz (Navarra) de gran impacto
ambiental y social (inundó áreas de gran valor natural y varios
pueblos), y cuya utilidad ya se adivina como muy reducida,
reiterando nuestra petición al Gobierno de su indulto.