Hoy hemos
confirmado de nuevo que la actual Ministra de Medio Ambiente,
Cristina Narbona, sigue la estela de sus antecesores del PP en el
cargo, y convierte el concepto de “desarrollo sostenible” en una
mera fórmula de maquillaje de una de las mayores barbaridades
medioambientales que auspicia su ministerio, el recrecimiento de
Yesa.
Ha optado por
continuar con el proyecto pese a la oposición de la mayoría de los
verdaderamente afectados, de la comunidad científica y de todos
los colectivos ecologistas. Lo ha hecho a sabiendas del incierto
futuro legal del recrecimiento, con causas pendientes que se van a
decidir en breve. Ha despreciado alternativas que sí suponen un
desarrollo sostenible para la zona. Pero además, ahora intenta
vender un halagüeño panorama para los afectados, proponiendo un
vergonzoso “Plan de desarrollo rural sostenible”, que no es sino
un pago a estómagos agradecidos.
Hace unos años,
con un PP prepotente, se presentó otro fastuoso plan, llamado
entonces “Plan de Ecodesarrollo del entorno del Mar del Pirineo”.
Ahora volvemos a la misma historia: el burdo intento de chantaje
a los afectados, la falta de respeto hacia ellos y la Justicia, la
tomadura de pelo al conjunto de la sociedad y el desprecio más
absoluto a lo que de verdad significa el “desarrollo sostenible”.
¿Qué desarrollo
rural es posible si te expropian e inundan las mejores tierras
de cultivo? ¿Es sostenible anegar varios kilómetros del Camino de
Santiago? ¿Qué plan es éste que se hace con la oposición de la
mayoría de los afectados? ¿Por qué no un plan para compensar de
una vez los terribles efectos del actual embalse? ¿Es que esta
ministra tampoco ha entendido nada? Poco puede esperarse de la
ministra si recibe la información sobre la realidad del
recrecimiento de Yesa a través de un concejal beneficiario del
embalse, antes presidente de la DPZ, juez y parte interesada del
recrecimiento y que, en un alarde de cinismo caciquil se ha
autoinvestido en portavoz de la Comisión para restituciones
configurada a su capricho e interés.
Ya nada nos
extraña tras saber que en el Congreso de los Diputados, PSOE y PP
han decidido mantener la posibilidad del trasvase del Ebro a la
Comunidad Valenciana en la redacción de su nuevo Estatut.
Un trasvase que, como todos han reconocido, solo es factible con
mayor regulación en cabecera de la cuenca y que, con Yesa vivo,
sigue amenazando. El PSOE, cada día más, contempla el trasvase del
Ebro como posible en un futuro.
Lo que este
ministerio diga sobre Yesa y el “desarrollo sostenible” no nos
merece ningún respeto. Ahora es el turno de los Tribunales.
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