JOSÉ JUAN VERÓN. Maella/La
Fresneda | No ha hecho falta que nadie les llame al orden. Los
vecinos de la cuenca del Matarraña ya tienen prácticamente listo
un acuerdo que evitará los enfrentamientos y les garantizará el
futuro más inmediato. Por el momento no se hará el embalse de
Torre del Compte, que al parecer tiene algunas dificultades de
tipo ambiental, pero a cambio consideran que se deben construir
tres nuevas balsas laterales y un pequeño pantano en el río
Tastavins. El Matarraña llama con fuerza a la puerta de la
Comisión del Agua para que, como se prometió, se premie el diálogo
y se aceleren estas obras.
"El primer paso, allá por el mes
de diciembre, fue plantear los objetivos de cada una de las
partes, dejando a un lado los medios para lograrlos", explica
Alberto Moragrega, de la Plataforma en Defensa del Matarraña. "Es
fundamental tener respeto a las ideas de todos, por muy distintas
que sean a las nuestras", apuntilla Antonio Alguero, alcalde de La
Fresneda.
Y las coincidencias fueron
surgiendo. Alcaldes, agricultores, empresarios y Plataforma están
de acuerdo en que el diálogo es la mejor vía de solucionar los
conflictos y en que desean conservar la riqueza natural del
Matarraña, uno de sus principales recursos.
Pero también coinciden en cosas
concretas, como que se debe asegurar el suministro a las 2.612
hectáreas de regadío actuales y a las 532 que por ahora están en
situación precaria. El objetivo a medio plazo es ir incrementando
la superficie regable hasta cerca de las 5.000 hectáreas. Además,
se incluyen otras muchas cuestiones de mayor detalle.
Unos y otros han repasado mil
veces las cuentas hasta considerar que para alimentar todo este
sistema sería suficiente con incrementar la capacidad de embalse
actual en unos 7,5 hectómetros cúbicos. "Hay que tener en cuenta
que el principal cultivo por aquí es el frutal y que también
habría riegos de apoyo para vid, almendro y olivo", detalla el
presidente de la Cooperativa Frutícola Maellana, Pedro Falcón.
El embalse previsto, La
Fresneda-Torre del Compte, podría tener algunas dificultades
ambientales, indican varios alcaldes de la zona que les explicó el
anterior Ministerio de Medio Ambiente. Además, genera cierto
rechazo social en algunos sectores representados en la Plataforma.
Un embalse en el Tastavins
Por ello, se ha llegado al
acuerdo de construir una balsa de regulación de alrededor de 1
hectómetro cúbico en el río Algars para regadíos de apoyo. También
se quieren construir dos balsas laterales en el Matarraña (una en
cada margen) con una capacidad de un hectómetro cúbico cada una de
ellas. Por último, se propone un pequeño embalse de regulación en
el río Tastavins, con una capacidad que podría oscilar entre 5 y 7
hectómetros cúbicos, dado que todavía no está claro en qué punto
se construiría la presa.
Todo esto se unirá a las dos
balsas que se han construido tras los acuerdos de Fabara de 1999 y
que ya permiten almacenar poco más de 3 hectómetros cúbicos.
"Se trata de un acuerdo sobre la
realidad actual, pero todos tenemos claro que las cosas son
revisables en el tiempo", destaca Alberto Moragrega.
"En este momento no es viable el
embalse previsto y por ello nos parece bien que se adopten otras
soluciones", recalca Antonio Alguero. "De acuerdo, pero sigo
pensando que el pantano es necesario para frenar las grandes
riadas del Matarraña", apuntilla Antonio Bergós, alcalde de Torre
del Compte. "Todos estamos en eso, pero ahora vamos a ir a cubrir
nuestras necesidades y ya veremos qué sucede", remarca Rafael
Martí, alcalde de Mazaleón, en una reunión en la que el moderador
y coordinador de la Iniciativa Social de Mediación, Nacho Celaya,
destaca que tanto el Gobierno de Aragón como el Ministerio de
Medio Ambiente "se han comprometido a premiar con una mayor
celeridad a aquellos que sean capaces de ponerse de acuerdo".
José María Puyol, presidente del
sindicato central de usuarios del Matarraña, explica que "nadie se
plantea renunciar a lo que está escrito en el Pacto del Agua pero
lo que tampoco queremos es marear más la perdiz. Tenemos que poner
fecha a la comparecencia en la Comisión del Pacto del Agua".
"La clave está en que se trata de
un acuerdo social muy amplio y que nadie nos puede poner excusas,
porque muchas veces los políticos aprovechan los conflictos para
paralizar los proyectos y dedicar el dinero a otras cosas", opina
Miguel Zurita, vocal del sindicato de riegos en Nonaspe. "No
podemos darnos de cabeza contra un muro, sino que hay que ser
pragmáticos y buscar realidades a corto plazo; cerrarse en banda
suele ser la mejor forma de no conseguir nada", destaca.
Ahora, el objetivo de la cuenca
del Matarraña es que la Comisión del Agua ratifique el acuerdo al
que han sabido llegar por medio del diálogo entre vecinos. "No se
entendería otra cosa", advierte Puyol. El segundo paso es que los
proyectos empiecen a tomar cuerpo en poco tiempo, como ya sucedió
en el año 1999. No obstante, consideran que las obras deben tardar
menos y que para ello la Administración no tiene excusas, dado que
los proyectos que van a proponer son más económicos de lo que
sería la construcción del embalse de La Fresneda-Torre del Compte.
|