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Europa Press, 4 de marzo de 2005
Expertos ven una "relación clara" entre el llenado de la presa de Itoiz y el aumento de la actividad sísmica en la zona 
  • Informes de las universidades de Oviedo y Zaragoza afirman que si se producen más terremotos es "muy probable" que el embalse se rompa
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)

Dos estudios elaborados por las universidades de Zaragoza y Oviedo coinciden en señalar la relación entre el aumento de la actividad sísmica en torno a la presa de Itoiz en Navarra y el llenado del pantano, y alertan de que si siguen produciéndose "es muy probable que la presa se rompa". Los expertos explican así el terremoto registrado en septiembre de 2004, que superó los 4 grados en la escala de Richter, y denuncian el "equilibrio inestable" del embalse. Estas conclusiones fueron expuestas por Joaquín García Sansegundo, profesor de Geología de la Universidad de Oviedo, y Antonio Casas, experto del departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza, en un acto convocado por la organización ecologista Greenpeace en su sede madrileña y al que asistió María José Beaumont, portavoz de la organización social 'Coordinadora de Itoiz'.

Según Joaquín García Sansegundo, profesor de Geología de la Universidad de Oviedo, de acuerdo con un corte geológico realizado en la zona, "está probado" que hay un encabalgamiento de placas a unos dos kilómetros de la presa, lo que provoca la inestabilidad del terreno. Además, García Sansegundo dijo que la composición del suelo bajo las aguas de la presa está formada por un terreno impermeable, de arcillas y areniscas, pero también por calizas porosas, que permiten la filtración del agua hacia la zona de la falla.

Estas filtraciones, añadió, dan lugar a una variación en la presión de las placas en profundidad, "lo que desencadena movimientos sísmicos, como los ocurridos en septiembre de 2004, cuando superaron los cuatro grados en la escala de Richter y se llegó a los seis o siete en la escala europea". Explicó que la presa se encuentra en la llamada zona geográfica surpirenaica, "donde la sismicidad está relacionada con grandes cabalgamientos que formaron la cordillera y que todavía se está moviendo".

Por su parte, Antonio Casas, afirmó que los fenómenos sísmicos que se están produciendo se deben a "la presión de la propia carga de agua en superficie, y no tanto porque ésta se filtre", lo que recibe el nombre de sismicidad inducida, algo que, señaló, "ha ocurrido en más de 100 presas en todo el mundo".

"Coincidiendo con el llenado del embalse, en abril de 2004, se produce el primer seísmo, en julio, aunque no es hasta septiembre cuando se produce la gran crisis", relató. "Este fenómeno afecta tanto a presas de menos de 15 metros como a las más grandes, y puede tardar en manifestarse hasta 20 años, por lo que el caso de Itoiz puede llamarse de respuesta rápida".

Para Casas, "se puede establecer sin ninguna duda que existe una relación clara entre el llenado del embalse y la sismicidad, pero el problema grave es que el embalse no está localizado en una zona con laderas estables, sino que el extremo izquierdo está apoyado sobre un deslizamiento de 20 hectómetros cúbicos, en torno a 40 millones de toneladas", algo que "ya se detectó incluso cuando se hizo el proyecto de la presa en el año 75".

80.000 METROS CÚBICOS DE AGUA POR SEGUNDO

"La presa está apoyada sobre ese deslizamiento y muy probablemente se está moviendo ya, de hecho hay algunos indicios en el entorno de la presa, y como la probabilidad de que se produzcan más terremotos y más cerca de la propia presa, va siendo mayor, ese deslizamiento se va a ver fuertemente castigado", explicó. Sin embargo, para Casas, "el deslizamiento ya es peligroso en sí mismo, incluso en ausencia de seísmos, pues se está manteniendo en un equilibrio inestable".

En caso de producirse nuevos terremotos, "es muy probable que el deslizamiento se venga abajo y con el embalse lleno habrá una catástrofe de gran magnitud, porque los caudales de salida para un embalse de cien metros de altura y con 218 hectómetros cúbicos, sería de 80.000 metros cúbicos por segundo, y las poblaciones situadas más abajo serían barridas del mapa literalmente", advirtió.

La relación entre el llenado de la presa y el aumento de la actividad sísmica, afirmaron los expertos, está probada porque hasta abril de 2004, fecha del llenado del embalse, se habían registrado 100 movimientos sísmicos en un año y medio, y desde entonces se han superado los 200. Asimismo, incidieron en que en las localidades vecinas de Urroz y Lizoain han surgido grietas en las casas que afectan a la estructura, con el agravante de que son construcciones con muros de sillería, más resistentes que la mampostería más moderna.

María José Beaumont denunció ante estos hechos que "la naturaleza está avisando" y que el proyecto de la presa sigue siendo "hoy más que nunca una patata caliente". Por otro lado, criticó al actuación del Ejecutivo, porque "en lugar de actuar con cautela, la Administración ha seguido llenando la presa", una situación en la que "se está al límite de la catástrofe". Asimismo, criticó que el Gobierno socialista les ha negado "por sistema" toda información al respecto del llenado de la presa y del estado de la ladera más inestable. Así, pese a que un fallo judicial "ha ordenado a la Administración que complete el expediente informativo" con los datos reclamados, "lo único que hace el Gobierno es incumplir el fallo".

Por su parte, Juan López de Uralde, director de Greenpeace, pidió al Ministerio de Medio Ambiente que adopte una política preventiva que se concrete en el "vaciado inmediato del embalse" hasta que se pueda garantizar la seguridad del mismo, algo que "todavía no se puede afirmar".

 

Asociación Río Aragón-COAGRET