El Ayuntamiento de Artieda y la Asociación Río Aragón han colaborado en la edición de este documental de 45 minutos, logrados con lo más significativo de 35 horas de grabación y un trabajo minucioso de transcripciones de entrevistas, utilización de planos de recurso para agilizar la narración, las imágenes de rechazo a los funcionarios de la CHE, y la música de Ángel Oros y La Ronda de Boltaña, con “Habanera triste”, utilizado para recordar todos los pueblos del Pirineo Aragonés sumergidos bajo las aguas de un pantano o abandonados por su causa, y “La tronada”, que acompaña un encadenado de imágenes con rostros y gestos de la vida cotidiana, desgranado como colofón.

“Nos sentimos muy identificados con las gentes de Artieda”

Luisa PUEYO JACA.- Héctor Añaños y Patrizia Oriol se han estrenado en el documental con una narración entrañable, “Quiero vivir aquí”, en la que muestran el conflicto que se vive en Artieda por la amenaza del recrecimiento del embalse de Yesa a través de la opinión y recuerdos de sus habitantes. Un minucioso -y en ocasiones arduo- trabajo de grabación, selección, guión y montaje da como resultado una explicación de la realidad nada panfletaria, sin ambages, sólo con el reflejo de la cruda realidad de unas gentes sencillas, con las que ellos se sienten ya muy identificados.

Ya con estas imágenes, junto con Patrizia Oriol –este año terminado Publicidad en la Universidad Autónoma barcelonesa- decidieron ir más allá y “hacer una historia más social y emocional”. Además, Héctor procede de Artieda. De aquí era su abuela, y cuenta con una grabación de cuando era muy pequeño en la que salen ambos en el pueblo. Esto, y una percepción personal de cómo transmitir la historia, “con fuerza y cercanía”, le llevaron a narrar en primera persona, “aunque en ningún momento digo que soy yo”. “Hicimos los primeros contactos con la gente sin grabar, sólo para darnos a conocer. Después, empezamos con una cámara fija, a la que la gente no mira. Se puede hacer un documental planificado, o como hicimos nosotros, con un guión previo, pero que iba cambiando porque todos, los más mayores con sus recuerdos, los no tan mayores y los jóvenes, hablaban de lo mismo y transmitían su deseo de vivir en Artieda”.

La sensación es de credibilidad, sobre todo en secuencias de un mismo relato, como el del último habitante de Tiermas, en las que varios vecinos completan una frase. “En dos semanas grabamos 35 horas de entrevistas, planos de recurso y la resistencia a las expropiaciones. Hubo madrugones para pillar a los que iban a trabajar, y hasta una subida a media ladera del monte para algunos planos. La inexperiencia nos llevó a grabar cuanto más mejor”. Luego vendría el arduo trabajo de “seleccionar, transcribir las entrevistas, extractarlas, adecuar las frases de quienes hablan con imágenes a las que se refieren, hacer lo mismo con la música,…” Las canciones de La Ronda de Boltaña apoyan la evocación de otros pueblos pirenaicos afectados por pantanos y la actual resistencia de Artieda, con cuyas gentes “ya nos identificamos. Su mejor forma de demostrar que no les van a echar es seguir con su vida diaria”. Héctor y Patrizia van a dar a conocer su documental “en todos los festivales en los que sea posible, como el de Bilbao”.