Opinión
YesaNo.com, leída en Jaca el 8 de marzo de 2004, Día Internacional de la Mujer
Carta abierta a la Sra. Rodríguez, ministra de Medio Ambiente
 

Luisa de Haro

Coordinadora Biscarrués - Mallos de Riglos (Huesca)
 

 

Sra. Ministra:

Estos días pasados visitó Huesca. Ha tenido una reunión con las mujeres del mundo rural asociadas en AFAMMER y se ha hablado del desarrollo rural sostenible.

Nosotras también somos mujeres del mundo rural, las mujeres de Artieda, Santaliestra, Biscarrués, Erés, Mianos y tantos otros.

Somos las mujeres del mundo rural que vemos una vez más, con pena, rabia e indignación, que alguien se empeña en olvidar que existimos, porque les resultamos incomodas a unos políticos que tratan de mostrar la imagen de que todo va bien, de que todo el mundo está contento y de que cuentan con la gente de los pueblos.

En su intervención usted dijo: “Por vuestro futuro y por el futuro de vuestros hijos, el Gobierno de España seguirá trabajando en esta tierra y yo personalmente, como ministra, os garantizo mi apuesta decidida por Aragón”.

¿También apostará por Aragón si sale elegida en Murcia? ¿Del futuro de quién habla? ¿Es tal vez del futuro de aquéllos a quienes quiere inundar sus tierras, sus valles, sus raíces, su medio de vida, su identidad? ¿También se preocupará del futuro de nuestros hijos a los que piensa obligar a que se tengan que ir de sus pueblos? Esos hijos que tendrán que decir: de ese pueblo que está bajo el agua, de ahí soy yo; ese territorio hoy pobre y abandonado era mi valle. ¿De esos también se preocupará?

También habló de “un progreso que supone satisfacer las necesidades presentes sin comprometer el desarrollo de las futuras generaciones”.

¿Satisfacer las necesidades de quién? ¿De los que van a seguir enriqueciéndose a costa nuestra? Además, Sra. Ministra, ya están comprometiendo el futuro de las futuras generaciones, ya que estar amenazados por un pantano es una losa que apenas nos deja respirar y avanzar.

Queremos que sepa que nosotras no somos mujeres rurales de segunda. Nosotras amamos nuestros pueblos, a pesar de que sobrevivir en estas zonas no siempre es fácil. La zona rural siempre ha sido una marginada, por mucho que ahora traten de vendernos lo contrario.

Hemos sido los grandes olvidados, menos ahora que les interesa “dorarnos la píldora” y enfrentarnos con otras gentes de pueblo prometiéndoles el “oro y el moro” a cambio de nuestra ejecución.

A pesar de las dificultades tomamos la opción de quedarnos aquí. Queremos seguir viviendo en nuestros pueblos, ver crecer en ellos a nuestros hijos, no perder nuestra cultura, nuestras raíces, nuestras tradiciones, nuestra identidad y nuestro orgullo de ser gente de pueblo.

Teníamos la esperanza de que usted, como mujer, supiera entendernos mejor, ya que presumimos de tener una sensibilidad de la que, a veces, carecen los hombres. Confiábamos en que por esa razón utilizaría el sentido común y no se dejaría guiar por servilismos políticos y económicos. Pero una vez más, al igual que nos pasó con la Sra. Tocino, estábamos equivocadas. Estar a las órdenes de unas consignas políticas es más importante que ser una persona crítica.

Sólo queremos que todo el mundo sepa que nosotras también somos mujeres rurales:

Mujeres y compañeras de esos hombres que después de trabajar duro todo el día, al llegar a casa y leer en la prensa que nuestros gobernantes siguen empeñados en echarnos de casa, dan un golpe de rabia en la mesa y “romanceando” sus sólidos argumentos pasan noches en vela sufriendo por si este atropello llega a cometerse.

Hijas y nueras de esos abuelos que lloran de pena y tristeza al ver que sus tierras, sus casas, todo lo que con tanto sacrificio han conseguido y lo que recibieron de sus antepasados puede ser anegado con un agua que otros derrocharán y que servirá para que otros muchos vean crecer sus suculentas fortunas.

Madres de niños que se despiertan por la noche con pesadillas, diciéndote si cuando vengan a inundarnos dará tiempo que salgamos o nos ahogarán también a nosotros. Madres de jóvenes que ven tambalearse su futuro porque alguien ha decidido, en un lejano despacho, que poco importa la vida, los sentimientos y el porvenir de los habitantes de unos valles insignificantes para ellos.

Somos esas mujeres de pueblo que con el argumento de la verdad y la razón seguirán luchando hasta su último aliento para que tal injusticia no se tenga que lamentar jamás.

Luisa de Haro (Biscarrués) y 100 mujeres más

   

Asociación Río Aragón-COAGRET