Luisa PUEYO
JACA.- La grieta abierta en la zona
de obras del recrecimiento del embalse de Yesa está asociada a uno
de los dos deslizamientos del terreno existentes en esta zona,
según los tres geólogos que ayer giraron una visita oficiosa al
lugar, ya que vieron el terreno afectado desde enfrente. El
venezolano Roberto Ucar, fundador en su país de la facultad de
Ciencias Geológicas de la Universidad de Los Andes, en la ciudad
de Mérida, y experto en fijación y deslizamientos, Javier Martínez
Gil, catedrático de Hidrogeología de la Universidad de Zaragoza, y
Andrés Pocoví, profesor de Geología Estructural, estuvieron
durante más de tres horas observando, desde diferentes sitios, la
grieta.
Martínez Gil explicó a este
periódico que “no es fácil dar una interpretación y no nos hemos
puesto de acuerdo sobre cómo hacerlo, si darle importancia o
quitarla, porque para ello habría que hacer un estudio sobre el
terreno. No sabemos si la grieta estaba ya y ha salido a la luz al
hacer los desmontes o es consecuencia de éstos. Sí hemos
coincidido en que está en una zona vulnerable, asociada a los dos
deslizamientos estudiados en el informe del geólogo Antonio Casas,
que habla de dos formas en la ladera que se deslizan hacia el río.
Una cae al embalse, junto a la actual presa, y la otra, donde se
apoyaría la nueva”. Son dos cicatrices, añadió, que “forman un
semiarco y la grieta está dentro de una de ellas”. La
interpretación geológica necesaria es hasta qué profundidad
afecta, y esto “hay que estudiarlo sobre el terreno”.
Según este
experto, la administración tiene una gran responsabilidad, tanto
si existe peligro por ser una zona sensible, como si se plantea un
problema técnico cuya solución requiere un aumento de la inversión
pública, del que habría que dar cuentas. En su opinión, la
administración ha de dar una explicación técnica -algo que el
propio Gobierno de Aragón debería exigir-, y “si entiende que la
grieta no tiene importancia, debe reunir a expertos que la
interpreten”.
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