Manifiesto

 

 

Manifiesto del 9 de enero de 1999 (“Manifestación de los Paraguas”)  

Jaca, 9-I-1999

AYER vimos morir una parte de esta montaña, tierras que fecundaron semillas, semillas que producían frutos, frutos que alimentaban personas, personas que construyeron casas y culturas, casas que albergaron vida y culturas que dieron sentido a un territorio.

Un buen día, todo esto, tierras, frutos, casas y culturas quedaron anegados por las aguas. Las aguas se llevaron los caudales de las termas que desde antiguo contribuyeron a dar vida a Tiermas. Las aguas borraron las huellas de los peregrinos que marcaron la ruta jacobea, por Ruesta. Las aguas apagaron las luces que con sus contrastes dibujaban la silueta de Escó. Se nos dijo que era un sacrificio necesario, que el desarrollo del país lo requería, que las aguas a nosotros nos “sobraban” otros las necesitaban.

Fueron años de sacrificio y resignación, años en los que la Montaña lo dio todo por el Llano y años en los que, a pesar del dolor, nadie emitió una queja. Todo lo que se fue se llevó también una parte de lo que se quedó, de los sentimientos de los amigos que permanecieron aquí, de nuestra confianza en el futuro, de nuestras escuelas y médicos, de nuestras fiestas y trabajos. Se llevó una parte de nuestra vida.

El HOY lo comenzamos a construir hace días, cuando nos dimos cuenta de que nuestra tierra y nuestros pueblos son un buen lugar para vivir, cuando decidimos acabar con la resignación y el silencio, cuando volvimos a tener esperanza. Nos costó soltar el lastre del pasado, tirar con fuerza cuando su peso no nos dejaba levantar el vuelo, volver a tener confianza en nosotros y en nuestras posibilidades. Nuestro hoy lo quieren volver a detener. Vuelven con argumentos viejos a exigimos solidaridad y nosotros no entendemos que la solidaridad siempre deban practicarla los mismos. No entendemos por qué siempre tiene que ser el pequeño el que tenga que ser solidario con el grande.

No entendemos por qué tienen que seguir borrándose las huellas de los peregrinos que aún recorren el secular Camino de Santiago por Mianos, Artieda y Ruesta; o por qué una lengua del pantano tiene que cubrir la preciosa foz de Sigüés o las calles cargadas de historia de este pueblo; o por qué quedarán anegadas para siempre las aún vivas aguas de Tiermas. Somos gentes sencillas pero entendemos la razón y si esto no lo entendemos es porque quedamos convencidos de su sinrazón. ¿Pero es que siempre tiene que pagar la Montaña?  

MAÑANA está a la vuelta de la esquina. Lo vamos a encontrar cuando de una vez por todas echemos el proyecto de recrecimiento al cesto del olvido, cuando seamos capaces de hacer frente entre todos a proyectos como éste, tan dañinos para esta Montaña, cuando nos ilusionemos por tener buenas comunicaciones, por aprovechar aquí nuestros recursos naturales, por asegurar el futuro para nuestros hijos, por tener servicios de calidad y, sobre todo, por levantar una voz común que se deje oír donde, hasta la fecha, deciden por nosotros.

Ahora podremos darle la vuelta a la Historia. Tenemos que transformar en energía positiva, todas y cada una de las fuerzas y voces que hoy y aquí hemos sido capaces de reunir. Cada pueblo, cada asociación, cada persona que estamos hoy aquí, hemos respondido a una llamada de auténtica solidaridad. Si esta llamada es el punto de partida para construir una Montaña con el horizonte despejado y llena de proyectos habremos ganado el futuro. Es nuestro reto y lo vamos a lograr.

Hace unos treinta años, en el valle de Tena, al reflejo de las aguas de Búbal y Lanuza, nació una canta, una canta preciosa pero que deja enganchado el corazón:

«Ploraba mientras dormiba

pensando en a Balle Tena,

de bier as presas tan plenas

y ras casas tan bazibas».

 

De aquello ya no vale la pena lamentarse. Lo peor de todo es que aún no se han aprendido ciertas lecciones, lo mejor es que muchos han podido volver. A partir de ahora, en un luminoso día, me gustaría cantar:

«Soñaba mientras dormiba

que en Sigüés, Artieda y Mianos

ya no bieban más pantanos,

que as boiras negras s'en iban».

 

Manifiesto leído por Ricardo Mur al final de la manifestación en contra del recrecimiento de Yesa, el sábado 9 de enero de 1999, en el ayuntamiento de Jaca.

NOTICIA DE LA MANIFESTACIÓN DE LOS PARAGUAS (PDF)

 

 

Asociación Río Aragón-COAGRET