José Luis Corral Lafuente
Profesor de Universidad y
escritor
La paradoja del agua
Todavía conmocionados por los atentados contra Estados Unidos, los
aragoneses seguimos rechazando de plano, también en Bruselas, el PHN.
Pero comienzan a atisbarse, para alegría de ministros y correveidiles
a sueldo, amplias grietas en el "frente aragonés". Algunos
llaman a la unidad en torno a lo que nos une, el rechazo al PHN, pero
mal andamos si ciertos regantes se dedican a increpar a quienes desde
la esquilmada montaña defienden su derecho a que no los inunden con
macropantanos que, no se engañen, no serán para regar Cinco Villas o
Monegros, sino para almacenar reservas estratégicas de agua que
aseguren la viabilidad del trasvase. Aprendamos de errores ajenos como
los de California, donde plantean abandonar los macropantanos y la
extracción abusiva de agua de los acuíferos subterráneos porque han
destruido el medio ambiente e hipotecado el futuro. Creo que lo que
aquí se necesitan son pequeños embalses de cabecera que regulen las
numerosas ramblas y que alteren lo mínimo posible el entorno, un
mejor aprovechamiento del agua, un empleo racional de la misma y sobre
todo una nueva cultura en su uso. No puede ser que la gente del llano
reclame agua para sus riegos a costa de inundar los pueblos de la
montaña y luego, como yo mismo he visto este verano en unas fincas de
La Almunia, rieguen a las doce del mediodía los frutales "a
manta". La solidaridad debe empezar con los que menos tienen, que
además, qué paradoja, son los que más pueden perder.
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