Noticias de la Marcha

El Periódico de Aragón, 16-IX-2001
Minoría que rompe la unidad

Pilar Vicente Baquedano

A estas alturas sólo se puede calificar de "trágico" el comportamiento del Gobierno de Aragón en el conflicto hidráulico. En dos años de legislatura lo único que ha demostrado el señor Marcelino Iglesias ha sido un desprecio insultante hacia los afectados de los grandes pantanos pirenaicos, pues como se suele decir, no hay mayor desprecio que la ignorancia. Y eso es lo que ha hecho el señor Iglesias, que ni siquiera ha tenido el respeto de recibir y escuchar a las asociaciones de afectados de la montaña. Y no será por lo que se ha luchado: ayunos voluntarios (más de mil personas en el año 99); acampadas urbanas de más de un mes, tanto en Zaragoza (esta primavera, plaza Aragón) como en Madrid (frente al Ministerio de Medio Ambiente, año 2000); un paro general de toda la sociedad pirenaica aragonesa (octubre 2000); decenas ya de concentraciones y manifestaciones y una activa participación en la recién terminada Marcha Azul hasta Bruselas. Se ha investigado incluso en alternativas y puntos de unión entre el llano y la montaña que, perversamente, se silencian una y otra vez. Hemos sufrido además una humillante criminalización (manifestación en Yesa contra la primera piedra, el pasado mes de junio, donde a pesar de ser legal había casi tantos guardias civiles armados como manifestantes) y una "ocupación militar" en el pueblo de Santaliestra (septiembre del 99).

Pero hasta la concentración en Zaragoza del pasado domingo, a pesar de todo lo realizado, no existíamos. Porque aunque apenas nos dejen voz para gritarlo, la lucha contra el PHN es la lucha contra el Pacto del Agua, porque ambos se destruyen con los mismos argumentos, que son los de una nueva cultura del agua a la que incluso el PAR, partido bisagra y principal responsable en Aragón del conflicto hidráulico, es capaz de agarrarse para atacar el proyectado trasvase del Ebro del PP.

Así pues, "ya existimos". Somos, nos llaman, otras vez perversamente, "la minoría que rompe la unidad", en un intento claro de echarnos encima a la mayoría de los aragoneses. Y ponen de ejemplo a los catalanes, que por cierto, su unidad no se debe a otra cosa que a la credibilidad que otorga la coherencia. Por eso la Plataforma de las Terres del Ebre no sólo está en contra del PHN, sino también (lo vienen diciendo desde el primer día, aunque se silencie) contra el Pacto del Agua.

Aragón se convierte así en rehén de su propia política autoritarista y desfasada. Exactamente esa misma que tanto se le critica al Gobierno del señor Aznar. Mal camino. -- Pilar Vicente Baquedano. (ZARAGOZA)

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