Informe sobre el Plan Nacional de Regadíos y el Pacto del Agua, 1/3
1. Los embalses proyectados en la cuenca del Ebro están sobredimensionados para los usos previsibles  

ÍNDICE

1.1 Desfase entre demandas previstas en el PNR y la oferta de agua del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro

1.1.1 Análisis de la nueva demanda de agua en Aragón según el PNR

1.2 Dificultades para sacar adelante lo previsto en el PNR

1.3 Dificultades para culminar el regadío previsto en el Plan de Cuenca y el Pacto del Agua

1.4 Necesidad de ajustar los Planes Hidrológicos de Cuenca al PNR

1.5 En algunos casos la Declaración de Impacto ambiental de un embalse ha obligado a la adecuación al PNR

 

Según el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro, la principal demanda de embalses proyectados y de fuerte impacto social como Itoiz, recrecimiento de Yesa, Biscarrués, Santaliestra y Mularroya es la del regadío. Vamos a analizar lo que proyecta el Plan Nacional de Regadíos acerca del futuro de este sector agrario para demostrar la poca idoneidad y claro sobredimensionamiento de las obras proyectadas en comparación con las nuevas demandas de agua generadas por el Plan agrario que fue consensuado por DGA y Gobierno central en diciembre de 2001.

1.1. Desfase entre demandas previstas en el PNR y la oferta de agua del Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro

El Plan Nacional de Regadíos (PNR) no supone un avance significativo en la culminación de todo el regadío “prometido” en Aragón y Navarra y recogido en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro (PHCE).

En Aragón, las 230.000 nuevas hectáreas de regadío para las que se diseña el Plan de Cuenca del Ebro se quedan en tan sólo 47.360 Ha financiables con dinero público en el Plan Nacional de Regadíos. De esta superficie, 20.967 Ha serían regadíos sociales y tan sólo 26.393 hectáreas serían regadíos en ejecución claramente localizados en los planes coordinados del Ministerio de Agricultura (PNR p. 453).

Es el propio Plan Nacional de Regadíos el que para el Horizonte del año 2008 no prevé un incremento de la demanda de agua de más de 272 hm3 en todo Aragón o 59hm3 en Navarra, cuando la tramitación administrativa y ejecución por parte del MIMAM está acelerando la construcción de 2.100 hm3 de capacidad de embalse en Aragón (los embalses del denominado “Pacto del Agua” en Aragón) y de 418 hm3 en el embalse de Itoiz en Navarra. Cabe preguntarse de nuevo qué finalidad tiene el enorme volumen de agua que se piensa ejecutar por el MIMAM sin un fin justificado.

Comunidad Autónoma

Demanda actual de agua de riego

Incremento de demanda por nuevos regadíos

Disminución  demanda por programa de mejoras

Recursos adicionales consolidar regadíos

Demanda de agua al 2008

Incremento  demanda respecto a la situación actual

Aragón

3.225

278

-131

125

3.497

272

Navarra

514

43

-26

42

573

59

La Rioja

342

40

-25

11

368

26

Demanda futura de riego (hm3) al horizonte 2008 (Fuente: Plan Nacional de Regadíos p. 454)

1.1.1. Análisis de la nueva demanda de agua en Aragón según el PNR

El Plan Nacional de Regadíos se organiza en tres grandes programas:

Programa de transformación de nuevos regadíos (47.360 ha en Aragón, PNR p. 453), que se clasifican en transformaciones en zonas ya en ejecución (26.393 ha), transformaciones de interés social (20.967 ha) y transformaciones de interés privado. Las nuevas necesidades de agua derivadas de estas nuevas hectáreas equivalen a 278 hm3 en todo Aragón (PNR p. 453)

Programa de mejora de regadíos actuales suficientemente dotados de agua, e incluso sobredotados (42 % de las 394.522 ha actuales en Aragón PNR p. 382). Incluye reparaciones de estructuras hidráulicas, modificaciones del sistema de transporte y distribución, cambio del sistema de aplicación del agua en parcela y otras mejoras. La aplicación de este programa supone, según el PNR la disminución de la demanda actual en 262 hm3 (PNR p. 450), y la ejecución del 50% hasta el año 2008, equivale a un recorte de 131 hm3 (PNR p. 454).

Programa de consolidación de regadíos actuales insuficientemente dotados de agua (37% de la superficie del regadío aragonés). Se basa en las mismas actuaciones que el programa anterior pero en zonas deficitarias. En Aragón harían falta 515 hm3 (PNR p. 385) para cubrir ese déficit. La propuesta del Plan parece ser disminuir ese déficit a la mitad (258 hm3). El PNR contempla modernizar estas zonas, lo que supondría disminuir ese déficit en 265 hm3 (PNR p. 451). De aquí al 2008 se supone ejecutado la mitad del programa y por tanto se disminuye el déficit en 133 hm3 por lo que la necesidad de nuevo volumen de agua para consolidar estos regadíos alcanza el valor de 125 hm3 (PNR p. 454).

En la actualidad, y siempre según el PNR, Aragón demanda 3.225 hm3. Para el horizonte del 2008 habría que añadir a este valor la demanda de las nuevas transformaciones (278 hm3) y la necesaria para consolidar el regadío infradotado (125 hm3). Teniendo en cuenta que la demanda disminuye por el programa de mejora en 131 hm3, la nueva demanda para el 2008 será de 3.497 hm3 (PNR p. 454), tan sólo 272 hm3 más que en la actualidad.

1.2. Dificultades para sacar adelante lo previsto en el PNR

Hay que destacar además que las previsiones del Plan Nacional de Regadíos parecen difíciles de alcanzar ya que suponen en todo el Estado una transformación por valor de 312.368 millones de ptas., equivalentes a 242.791 ha lo que supone una inversión en transformación de 44.624 millones de ptas al año, cuando la inversión en transformación en el año 1999 fue tan sólo de 4.832 millones de ptas.

En concreto en Aragón se deberá pasar a transformar 6.700 ha al año, frente a las poco más de 1.000 actuales y deberá modernizar del orden de 142.332 ha lo que supone 20.000 ha al año.

1.3. Dificultades para culminar el regadío previsto en el Plan de Cuenca y el Pacto del Agua

Es el propio PHN, en sus documentos técnicos, el que reconoce que no se culminará el regadío del Plan de Cuenca del Ebro. El no cumplimiento de la puesta en marcha del regadío contemplado, le sirve incluso como garante de que existirá un mayor volumen de “sobrantes” disponibles para ser trasvasados.

“Bajo los supuestos básicos de este Plan Hidrológico Nacional, la determinación de posibles recursos sobrantes en cuencas de carácter globalmente excedentario se realizan sobre la base de considerar alcanzadas las estimaciones de demanda realizadas en su correspondiente Plan Hidrológico para el segundo horizonte de planificación. Se trata de una premisa marcadamente conservadora y protectora de intereses de la posible cuenca cedente, por cuanto dichas estimaciones de futuro, en el caso del regadío, que constituye la demanda más cuantiosa, no responden a una previsible evolución de la demanda, sino que tienen el carácter de catálogo de actuaciones potenciales, tal como señala el Consejo Nacional del Agua en su informe sobre las propuestas de los Planes Hidrológicos de Cuenca de abril de 1998. Ello querría decir que los sobrantes así determinados lo serían aún en el poco probable caso de que se desarrollaran todas las posibilidades identificadas en el Plan hidrológico de la cuenca cedente, por lo que ésta no vería mermado, en ningún caso su potencial de desarrollo”. (PHN Análisis de los sistemas hidráulicos p. 131).

Incluso el Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón destaca la dificultad de cumplir con la transformación contemplada en el Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro y del Pacto del Agua:

En la revista técnica del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón “Surcos”, nº 75 de noviembre de 2001 p. 11, podemos leer:

“El objetivo del Gobierno de Aragón es asegurar una inversión sostenida a medio plazo próxima a los 2.000 millones de pesetas anuales de los presupuestos de la Comunidad Autónoma de Aragón (...) Aun suponiendo que se cumpliese este ritmo inversor, se tardarían unos 48 años en llegar a las 220.000 hectáreas de regadíos necesarias para Aragón y contempladas en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro

1.4. Necesidad de ajustar los Planes Hidrológicos de Cuenca al PNR

En primer lugar, hemos de constatar que la legislación española obliga a una adecuada compenetración entre los objetivos de los Planes Nacionales de Regadío y la planificación hidráulica:

“e) Las infraestructuras hidráulicas promovidas por la Administración General del Estado y previstas en los Planes Hidrológicos de cuenca serán sometidas, previamente a su realización, a un análisis sobre su viabilidad técnica, económica y ambiental. En cualquier caso, su construcción se supeditará a la normativa vigente sobre evaluación de impacto ambiental, a las previsiones presupuestarias y a los correspondientes planes sectoriales cuando su normativa específica así lo prevea. En especial, en materia de regadíos las actuaciones e inversiones de la Administración General del Estado se atendrán a los programas, plazos y previsiones establecidos en el Plan Nacional de Regadíos vigente en cada momento” (Art. 2.e Real Decreto de 24 de julio de 1998 por el que se aprueban los Planes Hidrológicos de Cuenca. BOE 11/8/1998).

1.5. En algunos casos la Declaración de Impacto ambiental de un embalse ha obligado a la adecuación al PNR

Es el caso del embalse de Castrovido sobre el río Arlanza (Burgos). Según el proyecto de embalse, uno de los objetivos de la presa era asegurar el riego de entre 12.000 y 15.000 ha de nuevos regadíos en la cuenca baja del Arlanza, para lo que hacía falta una capacidad de embalse de 111 hm3.

Explícitamente, el Ministerio de Agricultura remitió a mediados del mes de octubre de 1999, al de Medio Ambiente un documento oficial en respuesta a una petición de éste sobre las intenciones y previsiones de actuación en la cuenca del Arlanza en materia de regadíos:

“Este Ministerio no contempla actuaciones de transformación de nuevos regadíos ni de ampliación. Los estudios del Plan Nacional de Regadíos han detectado en el Arlanza una superficie regada de 7.900 ha, de las que 4.700 están infradotadas.”

 Ante estos hechos, la Declaración de Impacto Ambiental (D.I.A.) de la presa declara:

“analizadas las anteriores consideraciones y las informaciones y documentación existentes sobre la actuación, esta Secretaría General estima que, si el máximo nivel de la lámina de agua del embalse se sitúa a la cota 1.045 m la capacidad máxima del embalse será 82 hm3, por lo que se puede laminar una avenida de 46 hm3, atender a las demandas de caudal ecológico y de abastecimiento de agua potable, así como garantizar los otorgados derechos concesionales de aguas superficiales de regadío de 6.010 ha”. (BOE de 18 de enero de 2000)

Dicho de otra forma, los condicionantes ambientales que la D.I.A. exige a la presa suponen una disminución del volumen de embalse de 111 hm3 a 82 hm3 que, oficialmente, no va más allá del necesario para garantizar agua al regadío ya existente.

Como resulta evidente, este tipo de adecuación del volumen de embalse proyectado a los usos reales previstos por los diferentes planes sectoriales, no se ha realizado, como luego se discutirá, en ningún embalse del Pacto del Agua.

 

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