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Diario del AltoAragón, 29-IX-2002

Aire Libre. La Asociación Río Aragón organizó recorridos fluviales en su programa “Huerta de Artieda”

Estarrún, Aragón-Subordán y Veral, ríos vivos

Los ríos pirenaicos del Alto Aragón constituyen una riqueza en sí mismos que ha querido ser subrayada por la Asociación Río Aragón en un momento de pugna entre la conservación de espacios naturales –en este aspecto esta entidad habla de “poner el candado a los ríos”, es decir, frenar la intervención sobre estos ecosistemas, lo que se resume como “ríos sin presas, pueblos vivos” en la Nueva Cultura del Agua- frente a su aprovechamiento indiscriminado en aras a un hipotético progreso, que ya ha llevado a encender la luz de alarma sobre el devenir del Planeta. Tres ríos de la Jacetania, el Estarrún, el Aragón-Subordán y el Veral, vecinos y con semejanzas y diferencias, sirven de ejemplo para mostrar lo positivo que dejarlos fluir por su cauce natural, sin trabas de cemento.

Luisa PUEYO. JACA.- Tres ríos de la comarca de la Jacetania, el Estarrún, que discurre por el valle de Aísa, el Aragón-Subordán, que lo hace por el de Hecho, y el Veral, por el de Ansó, han sido los escenarios de una de las actividades estivales organizadas por la Asociación Río Aragón contra el recrecimiento del embalse de Yesa dentro de su programa reivindicativo “Huerta de Artieda”. Así, mientras entre semana estaba en marcha el campo de trabajo en esta rica vega - durante siglos cultivada por los habitantes de la zona y mermada desde los años 60 por la construcción del embalse de Yesa, que anegó las mejores tierras de cultivo -, en el fin de semana se han realizado otras actividades complementarias, como dos intercambios con Biscarrués para abordar las afecciones de los proyectos de construcción de un embalse en este enclave del río Gállego y del recrecimiento del de Yesa, en el Aragón, el Taller de Flora y los tres recorridos por los cauces fluviales citados, en los que se combinó el coche con la marcha a pie.

El biólogo Daniel Goñi se encargó de coordinar el Taller y fue el guía en los itinerarios, en los que ha centrado la atención sobre aspectos genéricos y particulares de cada lugar. “En lo que respecta al paisaje, recorrer uno de estos ríos desde la cabecera hasta la desembocadura es como hacer un viaje desde el clima europeo de alta montaña hasta el clima mediterráneo, pasando por el centroeuropeo. Es como ir del norte al sur de Europa en unos pocos kilómetros”, asegura. Añade que los ríos más occidentales están menos condicionados a las tormentas que los orientales, algo que se evidencia ya en el primer recorrido, el del Estarrún, realizado el 4 de agosto e iniciado en las laderas de Nazapal y los Llanos de Rigüelo, donde se conoció el nacimiento del río y los meandros que forman varias corrientes, a la vista de los Mallos de Lecherines y el pico del Aspe. “El Estarrún es el más corto de estos tres ríos, al ser el que confluye más al norte con el Aragón. Lleva menos agua y tiene un estiaje más fuerte, es decir, se seca más en verano y su régimen es más torrencial, más parecido a un barranco o una rambla”, comenta Daniel Goñi. Se aprecia además con toda claridad que éste es un valle glacial, porque la huella del glaciar es patente. El entorno está formado por rocas, que se ven erosionadas, o más bien fragmentadas, por la acción del hielo en invierno, mientras se ve el agua nacer de la tierra en surgencias.

La rica vegetación –un recorrido por los frondosos hayedos fue obligado- y los ejemplos sobre la fauna –“en el Estarrún, la trucha que se conserva pertenece a la raza más genuinamente autóctona de Aragón mientras que en los demás hay mezcla con trucha de repoblación, aunque sea de la misma especie”- se completaron con visitas a los dos pueblos próximos al cauce, Aísa y Ascara, para continuar hasta la desembocadura en el Aragón, a la altura de Hortilluelo.

El Aragón-Subordán –cuyo recorrido se hizo el día 18- es, de los tres, el que más agua aporta al Aragón –con el que se junta en Puente la Reina- porque además recoge las que proceden del Osia, que discurre por el valle de Aragüés del Puerto y Jasa. El guía contó con la colaboración de un embunense, Carlos Jarne, en este itinerario, que se inició en Minas de Guarrinza, “una zona de influencia oceánica”. “Al ser un río más grande, lleva agua continuamente y de la mitad para abajo se puede aprovechar en huertas, con un regadío de vega”, explicó Daniel Goñi, y Carlos Jarne apostilló que el nacimiento de esta corriente tiene lugar en una zona de rocas areniscas rojizas y “en el momento de las crecidas, el agua toma un característico color rojo. Entonces no se riega porque el agua rojiza lleva arcillas que hacen la tierra impermeable”.

Se habló asimismo de los restos megalíticos de la prehistoria y de este lugar y el puerto del Palo como paso histórico utilizado ya por los romanos –un vestigio importante es la calzada -, y de huida de contrabandistas y de refugiados de la guerra civil española. El Monasterio de San Pedro de Siresa, los pueblos de Hecho y Embún y los restos monacales del cenobio mercedario de Nuestra Señora del Pilar se visitaron asimismo como enclaves cercanos al río.

En Linza, el día 25, se vio el nacimiento del río Veral, junto a una vegetación con predominio de bosques de hayas y pastos montanos. “Aquí se da un clima muy húmedo, con mucha lluvia por tratarse del norte del Pirineo, pero estar más al oeste, más cerca del Atlántico que en el valle del Estarrún, y los montes que separan de Francia son mucho menos grandes”, indicó el guía.

Añadió que el Veral es el más salvaje de los tres ríos y el más largo al confluir mucho más abajo con el Aragón. Sólo en la parte inferior tiene vega, con huertas y campos en ella. Después de visitar el pueblo de Ansó, un alto en la Foz de Biniés sirvió para incidir en que ésta es la zona del río más rica, por su mezcla de ambientes y ecosistemas: “La foz es un cañón, una abertura perpendicular en forma de brecha que se hace en la sierra, provocada por la acción del agua del río que la forma. Se dan aquí características topográficas, de relieve, que hacen que se den microclimas variados, con diferentes vegetaciones y fauna. Es éste uno de los lugares de contacto de la vegetación del norte y el sur de Europa”. Los ejemplos son, en el fondo,  árboles caducifolios, como tilos, fresnos, arces o hayas, y en las partes altas, encinas, enebros o sabinas, que aguantan la sequía y se mantienen con poco suelo  y soleado. Crecen también plantas endémicas, exclusivas de nuestro territorio, como un ajo del Pirineo, la Petrocoptis pirenaica, la corona de rey o la oreja de oso. Las colonias de buitres de este entorno son las más importantes de Europa, junto a las del río Esca en Burgui, en el vecino valle de Roncal. El águila real, el alimoche o el halcón peregrino campan asimismo por aquí.

Además de las particularidades de cada río, están los aspectos comunes: “En todos los casos se dan dos partes, una en la que la pendiente va por el curso alto y la velocidad del agua provoca arrastres de rocas, que es otra forma de erosión. Suelen verse aquí rocas grandes y zonas de cascadas y márgenes del río abruptas. El río tiene aquí un solo camino”. A medida que desciende, “se pierde pendiente y aparece el curso medio del río, que discurre por la llanura. El agua va más despacio y se dan tanto periodos de sedimentación, en los que este agua va depositando materiales, como fuertes avenidas, en las que el río se lleva parte de lo que había dejado antes. Por este motivo, los cauces suelen cambiar después de una avenida muy fuerte y se observan grandes amontonamientos de piedras de considerable tamaño”. Todo depende “de la fuerza del agua, pero lo importante para el paisaje y las gentes es que en este curso medio se puede dar una agricultura de vega porque son tierras bañadas por el agua”. También en el curso medio se dan bosques de ribera grandes y desarrollados, los sotos.

La agricultura de vega permite disponer de un sistema de acequias que derivan el agua para su aprovechamiento. “Son sistemas que requieren muy poco esfuerzo en relación al valor que aportan, al contrario de los que se dan, por ejemplo, en zonas como Monegros, donde hace falta gastar mucha energía para lo que se obtiene como resultado. El sistema de acequias que se da en estos ríos pirenaicos es eficiente, e implica poco trabajo y escaso coste económico y de tiempo para disponer de una huerta durante todo el año”. En los lugares visitados se da poco aprovechamiento en bancales, aunque en zonas del curso alto sí hay prados rodeados de bosque usados para alimentar al ganado.

Un valor importante es que, al no haber intervenido en los ríos con cemento y estar muy poco contaminados, la riqueza piscícola es enorme. La mejor prueba está en que el Veral y el Aragón-Subordán son algunos de los escenarios en los que el año que viene se va a celebrar el Campeonato del Mundo de Pesca de salmónidos mosca. Hay además varias especies autóctonas, como la madrilla, la locha, la bermejuela o la lamprehuela y en los últimos años está creciendo bastante la presencia de nutrias, que siempre va ligada a una elevada calidad de las aguas.

La Asociación Río Aragón cumplió con estos tres itinerarios el objetivo que se había planteado: “ver la ecología, la economía  y la cultura de estos valles y el importante significado que el río tiene para los tres aspectos, que siempre van unidos”.

 

Asociación Río Aragón-COAGRET