Es un
placer para mi apoyar e inaugurar la campaña europea contra
el Plan
Hidrológico Nacional
(PHN) que ha presentado el gobierno español y que está a
favor de una nueva
"cultura del agua" que garantice la demanda de agua de
las regiones costeras con
fuerte crecimiento económico sin destruir el curso
natural del agua, la
montaña y sus comunidades.
Aprecio mucho esta
"coalición de voluntarios" que reúne la comunidad
científica y los
movimientos sociales que representan la población que vive
en los Pirineos, a lo
largo del curso del río Ebro y en la costa
mediterránea, y que sufre
grandes operaciones inmobiliarias y de
transformación
agro-industrial.
Soy un
hombre de montaña y veo a menudo las cosas desde arriba.
Las cosas
desde arriba aparecen
pequeñas y asumen otra dimensión en un mayor contexto
geográfico, más global.
Veo que el aprovisionamiento de agua será siempre
más un motivo de
enfrentamiento geopolítico en el mundo. En el valle de
Narmada en India o a lo
largo de los grandes ríos chinos, por ejemplo,
poblaciones enteras son
obligadas a irse porque las ciudades y los centros
agroindustriales quieren
el agua.
¿Porque tendría que
ocurrir también en Europa, que piensa ser paladín de la
democracia, de los
derechos civiles y del desarrollo sostenible en él
mundo? ¿No queremos dar
un buen ejemplo?
El agua
no puede convertirse en un factor de enfrentamiento. La
gestión del
agua se debe orientar
hacia un desarrollo regional sostenible, debe
garantizar el equilibrio
ecológico, la cohesión social y la estabilidad
política. No podemos
cambiar la Naturaleza de forma violenta, ni eliminar
el derecho de existencia
a todas las comunidades locales, incluidas las de
montaña.
Lo que
se hace en montaña, va al valle. Si tratas mal la montaña
sufrirán
también los valles y
llanuras. Mirad mi país, Italia. Italia sufre
seriamente la erosión.
Colinas y montañas se derrumban cada año, y las
presas se rompen, y
cuando las presas se rompen, mueren decenas o cientos de
personas (Vajont, Val
Camonica, Val de Era). Por otro lado, también la
húmeda "Pianura Padana"
ha sufrido este año la sequía más seria de los
últimos 150 años. ¿Es
simplemente porque no llueve como antes? No creo.
Es sobretodo porque el
agua no se utiliza con criterios de sostenibilidad.
Creo que tenemos que
saber combinar nuestras ambiciones de desarrollo
económico con los
requisitos ecológicos de nuestras estructuras
hidrológicas, de nuestros
ríos, como dice la Directiva Europea sobre el agua
2000/60/UE, etapa
legislativa fundamental para la gestión sostenible de los
recursos del agua, basada
en la utilización racional de la misma en las
estructuras fluviales, en
la gestión racional de la demanda y en la
integración de los costes
socio-ambientales en el precio del agua.
Las
presiones por causa del desarrollo agroindustrial y el
turismo en las
zonas costeras son
legítimas si no amenazan la sostenibilidad ecológica de
esas zonas. Si lo
amenazan, se convierte en ilegítimas.
No
están aquí para representar solo y exclusivamente a la gente
de los
Pirineos amenazados con
grandes presas, trasvases del agua hacia el sudeste
español, también para
representar a los pequeños agricultores de la costa, a
los que creen y trabajan
por un turismo sostenible y no especulativo de la
costa, porque también
ellos están amenazados y representan la protesta de
quiénes desean una
economía sostenible.
Porque
hay otras alternativas al trasvase del agua de los Pirineos
y del
Ebro (reconversión
agrícola, ahorro de agua, desalinización). Es una
cuestión de voluntad
política.
La
campaña europea sobre el Plan Hidrológico Nacional (PHN)
español no es
una cuestión solo
española, nacional. Y no lo digo porque España ha
solicitado ocho mil
millones de euros a Bruselas. Lo digo porque continuar
con un modelo de gestión
hidrológica así de dura y agresiva crearía un
peligroso precedente para
una Europa que se amplía y la imagen que la unión
europea tiene en el mundo
en materia de desarrollo sostenible. Es por esto
que italianos, ingleses,
franceses, portugueses y alemanes apoyan la
campaña.
Una
decisión sobre el PHN influenciará la política hidrológica
futura de la
UE y la aplicación de la
Directiva sobre el agua.
Nosotros queremos que en
vez de una política basada en el incremento de la
oferta de los recursos
hidrológicos (que prevé un aumento ilimitado),
Europa elija una política
basada en el control y la racionalización de la
demanda (que prevé el
desarrollo sostenible). Ésta es nuestra opción.
El 2003
es el año internacional del agua y es con esta campaña
europea del
PHN que deseamos
celebrarlo. Con el estilo que nos diferencia.
Favoreciendo el diálogo
social, la concienciación internacional, defendiendo
las montañas, ríos y
costas, y haciendo que los intereses políticos y
económicos sean
transparentes para que todos puedan beneficiarse pero de
manera compatible, y no
solo unos pocos privilegiados en manera
destructiva "
Reinhold
MESSNER, eurodiputado del grupo Los Verdes/ALE |