Buenas
tardes señoras y señores diputados:
Quiero
comenzar mi intervención agradeciendo a esta comisión
que haya invitado a la Asociación Río Aragón contra
el recrecimiento de Yesa a esta comparecencia, como
representante legítima de los afectados por dicha obra.
Esta Asociación se ha convertido en el aglutinante
social de las personas que habitan en una parte del
Pirineo aragonés, y que, en defensa de su territorio,
se oponen a dicho Proyecto. El apoyo unánime obtenido
por parte de todas las instituciones locales y
comarcales (ayuntamientos, mancomunidades y la Junta
Comarcal de la Jacetania), recogido en el "Manifiesto
para el 2000. Por la dignidad de la montaña, contra el
recrecimiento de Yesa", y de la población del
Pirineo aragonés, siendo avalados por las más de 60
acciones y manifestaciones realizadas en los últimos
tres años. El rechazo popular a Yesa se inicia con la
manifestación de los paraguas del 9 de enero de 1999,
que concentra en Jaca a cerca de 5000 persona, continua
con un ayuno de tres semanas al que se suman el último
día 2400 personas, que concluye en la primera gran
manifestación contra el PHN y el Pacto del Agua
celebrada en Zaragoza el 6 de junio de 1999,
protagonizada por 12.000 personas. Más tarde le seguirá
otra manifestación en Huesca el 12 de diciembre de 1999
y un encadenamiento de 38 días en las puertas del
Ministerio de Medio Ambiente a comienzos del 2000.
Aunque
el hito más importante de toda esta trayectoria de
movilizaciones se puso el 25 de octubre de 2000, cuando
todo el Pirineo Aragonés paró reclamando de los
gobiernos aragonés y español Dignidad para la montaña
y diálogo en materia hidráulica para resolver un
conflicto que dura ya demasiado tiempo.
Después
vendrían manifestaciones multitudinarias coorganizadas
por COAGRET como la de Zaragoza del 11 de noviembre de
2000 ("Abrazo al Ebro),
Barcelona (25-II-2001) y Madrid (11-III-2001), en
las que, a pesar de los intentos de manipulación, el
mensaje de sus respectivos manifiestos y del espíritu
de las mismas era contra los embalses del PHN y PA. Tras
ellas vendría más de un mes de acampada en la plaza de
Aragón de Zaragoza para reiterar la petición de diálogo
al GA.
Con
la colocación de la primera piedra en Yesa el 18 de
mayo de 2001, más de 2000 personas se manifiestan el
fin de semana siguiente entre fuertes medidas de
seguridad más propias de una acción antiterrorista.
A
finales del verano de 2001 organizamos la Marcha Azul a
Bruselas por una Nueva Cultura del Agua, que culmina en
una multitudinaria manifestación en la capital europea
el 9 de septiembre de 2001, que ha tenido su remedo en
la recién culminada la Marcha Azul al Mediterráneo
contra el PHN, el PA y por el diálogo.
En
Aragón la planificación hidráulica siempre se ha
hecho para los beneficiarios de
los embalses, que ponen poco y exigen mucho, y al
mismo tiempo hemos sido ignorados los territorios que
aportando el recurso hemos exigido poco. Nuestro primer
deseo es que esta situación cambie y por derecho y
justicia se nos tenga en cuenta por todos como agentes
claves en las cuestiones que tengan que ver con la gestión
del agua que almacenan nuestros territorios o que
discurren por los ríos que atraviesan nuestros pueblos.
Desde
los años 70, la administración se plantea la regulación
de los ríos Aragón e Irati. Diferentes alternativas se
desechan hasta que en 1985 sale a información pública
el "Proyecto de recrecimiento de Yesa y variante de
la carretera".
Dicho
proyecto consiste en triplicar la capacidad del actual
embalse para pasar de 470 a 1525 Hm3,
duplicando la superficie inundada mediante una presa que
superará el centenar de metros de altura, pasando la
actual cota de inundación desde los 489 msnm a los 521
m (528 m como cota de coronación).
Ello
supone la inundación del pueblo de Sigüés, afectando
a cerca de 400 personas, y de 2400 nuevas hectáreas de
las mejores tierras (1.560 Ha de secano y 193 de regadío)
del propio Sigüés, Artieda y Mianos, el área de
pastos de las 5.000 cabezas de ovino que hay en la
actualidad, y los dos cámpings de la margen derecha. En
total 4800 Ha desde 1959, de las cuales 1.171 Ha son de
regadío.
Los
objetivos principales del proyecto son:
-
Poner
en regadío 48.000 nuevas hectáreas en Bardenas,
que se añadirían a las 60.000 actualmente en
marcha.
-
Abastecer
a Zaragoza con 100 Hm3 de agua potable.
-
Instalar
dos centrales hidroeléctricas con una potencia de
89 MW.
En
Aragón, la sed del campo y la necesidad de la redención
del secano mediante el regadío son atávicas. Pero ¿se
trata de mitos o de realidades? Se habla mucho de agua
pero se debate poco y se aportan menos datos, por lo
cual las informaciones referentes a este asunto suelen
estar viciadas y llenas de tópicos.
Veamos
algunos datos sobre el regadío aragonés referentes al
año 2000. Siendo Aragón la cuarta comunidad autónoma
en superficie total y la décima en número de
habitantes, alberga el 12,9 % del regadío español.
Ello la coloca en el tercer lugar en superficie regada y
la segunda en consumo de agua para la agricultura. Aragón
tiene puesto en regadío el 9,15 % de su territorio,
frente a la media nacional del 6,7 %, ocupando la cuarta
posición nacional. Debido a su poca población, es la
comunidad española con una mayores coeficientes de
superficie regada por habitante (0,37 Ha/hab., frente al
0,09 de la media nacional) y de consumo de agua para
agricultura por habitante (2148,3 m3/hab.,
frente a los 448,1 m3/hab. de media española).
Sin
embargo, el dato más escandaloso es que Aragón tiene
la mayor superficie de regadío por gravedad (a manta)
de España, el sistema más ineficiente, lo que supone
el 80,5 % de lo que se riega en Aragón, cuando la media
nacional es del 58,5 %.
Por
otra parte hay que decir que los regantes no pagan por
metro cúbico de agua consumida si no por hectárea.
Aunque haya unas dotaciones teóricas para cada polígono
de riego, al no haber un control en parcela del agua
consumida, esto hace que los consumos se disparen, pues
el regante pagará lo mismo tanto si usa un metro cúbico
como si usa 8000, y a precios irrisorios.
A
la luz de estos datos parece claro que el secano aragonés
ha sido suficientemente redimido. El alto consumo de
agua y la alta tasa de regadío a manta habla bien a las
claras de los bajos porcentajes de modernización y
eficiencia de uso, lo que en tiempos de sequía y
escasez, habituales por otra parte en nuestro país,
hace que muchos regadíos entren en crisis ya que no están
preparados adecuadamente para poder soportar estos períodos.
Ello aboca a la petición de más embalses y a la
generación de nuevas expectativas, que lejos de
arreglar el problema lo agravan, pues ante la
perspectiva de más agua, no invierten en sistemas que
economicen este recurso, en un claro paralelismo con lo
que está ocurriendo en el levante con el trasvase.
Salvo honrosas excepciones como el Canal de Aragón y
Cataluña, donde el descarte reiterado de proyectos de
embalse como Campo, Comunet y ahora Santaliestra, ha
obligado a mejorar la eficiencia y ha impelido a buscar
soluciones alternativas sin construir más pantanos.
Al
ser el agua un recurso prácticamente gratis, en Aragón
muchas veces se cultiva más en función de la prima de
la PAC que de la adecuación del cultivo al terreno o a
la disponibilidad de agua. Ello se traduce en
despilfarro y mal uso del agua, con lo que los regantes
pasan de agricultores a "caza primas", pues no
interesa el producto si no la subvención. Esto es un
grave error estratégico si tenemos en cuenta que la
nueva política agraria comunitaria y la entrada de
nuevos países en la UE harán que acaben desapareciendo
las ayudas. No aumentar la oferta de agua para regar hará
que los sistemas se tengan que modernizar y los cultivos
se adapten al terreno (por otra parte una prioridad del
Plan Nacional de Regadíos), y no como ocurre ahora que
en pleno desierto se están poniendo cultivos muy
exigentes en agua como el maíz o el arroz, este último
con consumos que pueden superar los 30.000 m3/Ha
(aunque oficialmente sólo se admitan 12.000). Por lo
tanto, en Aragón en vez de más hectáreas lo que hace
falta es mejorar y adecuar los que hay.
Un
claro ejemplo de todo lo dicho son los regadíos de
Bardenas servidos por el embalse de Yesa. Este es sin
duda el gran polígono más ineficiente y con la tasa de
riego a manta más alta de Aragón, cercana al 92 % de
sus 60.000 Ha. A pesar de ello se pide el recrecimiento
de Yesa, que pasaría de una capacidad de 470 (con una
regulación en cabecera de más del 70 % del caudal (970
Hm3) a 1525 Hm3, para poner 6045 hectáreas
contempladas en el Plan Nacional de Regadíos (no las
48.000 que dice el proyecto) y consolidar las actuales,
que sólo requerirían 48 Hm3. Con la mejora
de la eficiencia (prioridad del Plan Nacional de Regadíos),
más los embalses laterales que están en construcción
o proyecto (Malvecino, La Verné y Carcastillo), y el
rescate de concesiones como el de la central de Sangüesa
bastaría para cubrir las demandas.
Además,
se dice que se usarán 100 Hm3 para el agua
de boca de Zaragoza y su entorno, aunque estas aguas se
almacenarán en el embalse de la Loteta, actualmente en
construcción, derivándolos de Yesa con el consiguiente
aumento de regulación. Por otra parte, Zaragoza consume
actualmente 80 Hm3
/año,
con unas pérdidas en la red cercanas al 50%, por lo que
la Comisión Europea ha supeditado la concesión de los
fondos para traer el agua de la Loteta (que NO de Yesa,
pues la UE ya dijo que no financiará la traída de
Yesa), a rebajar el consumo en la capital aragonesa y su
entorno de 80 a 65 Hm3.
Conclusión:
no salen las cuentas. ¿Para qué triplicar el almacén
de agua si no se va a usar para lo que ha proyectado? La
respuesta está en el aire: EL TRASVASE.
Este
proyecto, además de no estar justificado, tiene otras
muchas afecciones, al patrimonio cultural, al natural y
supone un riesgo para las personas.
22
kilómetros de Camino de Santiago serán inundados, añadidos
a los que ya está bajo las aguas con el actual embalse,
con numerosos elementos patrimoniales tangibles como
ermitas románicas, yacimientos arqueológicos, etc. Les
recordamos que el Camino de Santiago fue declarado Bien
de Interés Cultural en 1962 por el gobierno
español, Primer Itinerario Cultural Europeo
en 1987 por el Consejo de Europa, y Patrimonio
de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Por
tanto, no estamos hablando de una hipotética futura
protección de la Ruta Jacobea; el Camino ya esta
protegido por España desde 1962, y por Aragón al
incoar expediente de catalogación como BIC en 1993 (con
una delimitación de trazado muy parecida a la actual).
La UNESCO al catalogarlo exige la modificación o
descarte de todos aquellos proyectos que puedan alterar
en todo o en parte algún elemento incluido en la lista
de Patrimonio de la Humanidad, como es el caso del
proyecto de recrecimiento de Yesa y su afectación al
Camino de Santiago.
Por
otra parte, la propuesta de traslado de elementos
patrimoniales hoy por hoy es rechazada por todos los
expertos en la materia ya que ello supone desvirtuar
el monumento desplazado, que queda fuera de
contexto. En la mayoría de las ocasiones, los traslados
dan lugar a desnaturalización de los elementos y
a pérdida de información. Un elemento
patrimonial no lo forman solamente los edificios en sí,
si no también los elementos del paisaje que lo rodean,
dándole coherencia, unidad y sentido. Por otra parte
hay elementos que no se pueden trasladar materialmente
como los yacimientos arqueológicos.
Así
pues, los que apoyan la inundación y desaparición
de un bien cultural de tamaña importancia no pueden por
menos de calificarse de gentes de escasa conciencia
cultural poseedores de una periclitada concepción
del valor del patrimonio cultural. Lo más grave del
asunto es que son cargos públicos, que deberían velar
por la conservación del patrimonio, los que piden que
se cometa este despropósito.
El
proyecto de recrecimiento de Yesa ha hecho que se
modifique torticeramente la realidad a la hora de
delimitar por parte del Gobierno de Aragón los Lugares
de Importancia Comunitaria y las Zonas de Especial
Protección para la Aves. Así, resulta muy llamativo
que los límites de los LICs y ZEPAS en esta zona de la
Canal de Berdún se hayan acomodado a la cota del
embalse recrecido, en vez de trazarlos en función de su
valor natural real y de la opinión de los expertos. Una
vez más, como en el caso del Camino de Santiago, se
pretende dilapidar el patrimonio natural y cultural común
en beneficio de unos pocos.
Si
atendemos a la seguridad sobre las personas y las cosas,
el proyecto de recrecimiento del pantano de Yesa
conlleva un "alto riesgo" para las poblaciones
situadas aguas abajo de la presa, especialmente para
Sangüesa. El análisis geológico que han realizado el
doctor en Ciencias Geológicas y profesor de la
Universidad de Zaragoza, Antonio Casas, y la
especialista en Hidrología Aplicada de esa misma
universidad, Mayte Rico, ha determinado que en la zona
donde se sitúa la cerrada de Yesa existen graves
problemas de estabilidad de la ladera sobre la que se
asienta el estribo izquierdo de la presa. Para ambos
especialistas, la elevación de la cota de embalse, con
el consiguiente incremento del volumen de agua regulada,
supondrá también un aumento del riesgo actual
existente, ya que la base del deslizamiento existente en
la actualidad quedaría inundada y podría desencadenar
un fenómeno de corrimiento de tierras en masa que al
caer sobre el vaso del embalse desencadenaría una ola
que rebasaría la presa y la podría destruir, con
consecuencias catastróficas aguas abajo para Sangüesa
y otras poblaciones del río Aragón. Aguas arriba, la
misma ola afectaría a las poblaciones ribereñas.
Sin
embargo, a pesar de las razones técnicas, científicas,
sociales y políticas que nos avalan, la
insensibilidad y sordera de los gobiernos central y
aragonés nos han abocado a tomar la vía judicial, la
única posible en un estado de derecho cuando los
ciudadanos se encuentran desprotegidos frente al poder
político.
Los
acontecimientos judiciales y administrativos nos van
dando la razón: en el actual estado de derecho los
grandes embalses pirenaicos no tienen cabida. Sus
impactos ambientales son críticos, no respetan los
derechos de las minorías, destruyen el patrimonio
cultural y natural y ponen en riesgo la seguridad de las
personas. Jánovas no pasó la Declaración de Impacto
Ambiental, Santaliestra desactivado por un juez, Yesa
cuestionado por un fiscal, Biscarrués paralizado por
prudencia (o temor) político. No se equivoquen: no es
que se hayan tramitado chapuceramente por el Ministerio,
es que no caben en el actual ordenamiento jurídico. Es
que si se hubieran tramitado cabalmente habrían acabado
como Jánovas: frenados por la Declaración de Impacto
Ambiental.
A
buen seguro que la justicia nos acabará dando la razón,
como está
ocurriendo en el caso de Santaliestra, y los culpables
pagarán por ello, pero también es necesario un cambio
de conciencia para que esta lucha de poderes no se
eternice. Será necesario alcanzar un acuerdo para que
este tipo de obras no sigan amenazando más pueblos y
valles. Lamentablemente, el egoísmo de la
las Comunidades de Regantes con su negativa a firmar el
“Compromiso de los Aragoneses con el Agua”,
documento fruto de un largo y trabajoso proceso de
negociación impulsado por la Iniciativa Social de
Mediación, ensombrece la posibilidad de un acuerdo a
corto plazo, que por fuerza debe acabar de concretarse,
deseamos que sea más pronto que tarde.
Resulta
lamentable e inadmisible que aquéllos que deberían
garantizar ese estado de derecho nos pidan que
abdiquemos de nuestros derechos constitucionales. No lo
vamos a hacer, y sepan Vds. que estamos dispuestos a
llegar hasta las más altas instancias judiciales para
proteger dichos derechos.
Para
finalizar quisiera lanzarles esta pregunta: ¿por qué
este empecinamiento en construir unos pantanos que
generan tal sufrimiento y fractura social en Aragón?
Quizás la clave esté en las palabras de Luis Ciudad,
presidente del sindicato de riegos de Bardenas,
publicadas en el "Heraldo" del 5 de abril de
1999: «Con Yesa recrecido podemos satisfacer las
necesidades de Bardenas, dar servicio a industrias
agroalimentarias y a los abastecimientos de Zaragoza y
entorno... y, con el agua que sobre, podemos negociar
con catalanes o valencianos»; o en las del Ministro
Jaume Matas del pasado 31 de julio en Calatayud donde
dijo que para que se pueda llevar a cabo el trasvase,
sobre todo en años secos, es imprescindible la regulación
aguas arriba de Mequinenza.
Muchas
gracias.
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