JACA.- La
Asociación Río Aragón ha solicitado al presidente de Aragón,
Marcelino Iglesias, una
entrevista para "explicarle por qué no es necesario
para el desarrollo de nuestra
comunidad el recrecimiento del embalse de
Yesa a ninguna cota y
cuáles son las alternativas viables que planteamos a
dicha obra".
Representantes del colectivo, encabezados por su
vicepresidente, José Luis
Benito, aprovecharon la presencia en Jaca del
presidente autonómico para
entregarle una carta con sus argumentos y
comentarle que la
entrevista viene alentada por el actual momento de
interés por revisar la
política hidráulica, y que para el abastecimiento de
Zaragoza y su entorno y
las nuevas hectáreas de regadío de Bardenas no es
necesario recrecer Yesa,
además de recordarle que la montaña ha sido
suficientemente solidaria
como para dejar de pedirle sacrificios. Iglesias
indicó que se pondrá en
contacto con Río Aragón para comunicar su
respuesta.
En su escrito, la
asociación expone que en estos cuatro últimos años,
además de suscribirse el
Manifiesto por la Dignidad de la Montaña, ha
crecido la oposición argumentada
a los proyectos hidráulicos previstos para
este territorio y ha
surgido la nueva cultura del agua. Indica asimismo que
el proyecto de Yesa está
"plagado de irregularidades administrativas" y que
la propia la Fiscalía del
Estado reconoce que "está basado en informes
falseados y aprobado
mediante resoluciones escandalosas, que van a llevar
al banquillo a seis ex
altos cargos del Ministerio de Medio Ambiente".
Además, "por su magnitud,
desproporción, insostenibilidad e
irracionalidad", es "paradigma de
una forma de hacer las cosas decimonónica
y atentatoria contra esa
nueva cultura del agua y contra la legislación
europea en materia de
aguas y conservación de la naturaleza". Las
afecciones al Camino de
Santiago, al patrimonio histórico y a la vida de
Sigüés y Artieda, el
riesgo geológico por la inestabilidad de la ladera
sobre la que se asienta el
estribo izquierdo de la presa y la permanencia
en el subconsciente
colectivo aragonés "de la nefasta idea de que a los
regantes les asiste el
derecho natural a disponer ilimitadamente de las
aguas y valles
pirenaicos para su desarrollo" son otros argumentos.
Respecto a las
alternativas, pasan por aprovechar mejor los caudales,
modernizar el riego en Bardenas -
"el más ineficiente de toda la cuenca"-,
y compatibilizar la riqueza del
regadío con la supervivencia del patrimonio
socioeconómico, natural y
cultural pirenaico y del Delta "con políticas
activas, no con
parches compensatorios".
Luisa PUEYO
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