Pilar Montserrat, escultora,
autora del premio “Venero 2003”
“Mi
obra expresa la vida del río y la codicia por el agua”
Luisa PUEYO
JACA.- La jaquesa
Pilar Montserrat, licenciada en Bellas Artes, especialidad de
escultura, es la autora del premio “Venero 2003” que la
Asociación Río Aragón contra el recrecimiento de Yesa entrega este
sábado a Pedro Arrojo, Premio Goldman. Su obra, un canto rodado
del cauce del Aragón, expresa la vida del río y la montaña, pero
también la codicia por la riqueza del agua.
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Pilar Montserrat se permite crear
sin dependencias de ningún tipo gracias a su trabajo como docente
en el colegio de Sant Vicens dels Horts, en Barcelona. Esta tarea,
“me quita tiempo, pero me da la libertad creadora a la que muchos
artistas han de renunciar para sobrevivir”. Así ha concebido la
escultura que será premio “Venero 2003” de la Asociación Río
Aragón para el profesor Pedro Arrojo, reciente Premio Goldman,
considerado el Nobel del medio ambiente, por su defensa de una
nueva cultura del agua. “Es una escultura compuesta por dos
materiales, la piedra y el metal, latón. El uno no se entiende sin
el otro”. Si hubiera tenido que ponerle un título la habría
llamado “Riello”, que es bolo o canto rodado en aragonés, explica
la autora, que aparece con su obra en la fotografía. “La piedra
sirve de base, de materia que sostiene. Es una piedra vulgar, de
las que encontramos en cualquiera de nuestros ríos. Sobre ella
está la incisión de un recorrido, como el cauce de un río seco. La
piedra representa el río vivo que le dio forma, pero también la
montaña de donde procede y la montaña como elemento. Su dureza
reside en los golpes que la conformaron. El metal es lo sostenido
por la piedra, sigue el mismo recorrido del surco anterior, y
acaba en forma circular”, porque el cauce termina normal, pero no
el agua, que lo hace, “como todos sabemos, en un pantano, que he
representado de esta forma similar al dinero”. Ya este segundo
recorrido “está desplazado hacia abajo, fuera de su propio
contexto. El metal representa el agua y, por parecer oro, también
la riqueza que ésta conlleva, pero hay algo que está fuera de
lugar, desplazado y rompiendo la dualidad de tierra y agua, de
cauce y río, de poder y riqueza”.
Dispuso de un
mes para concebir la escultura y crearla, pero “desde el primer
momento empezó a conformarse en mí una idea de lo que quería” y
ya eligió “los materiales más apropiados”, que debían ser dos,
para establecer un diálogo. “La piedra está tal cual la encontré.
Sólo la he cortado por abajo para que se mantenga vertical, y he
grabado el cauce del río. La parte de delante la he pulido y la de
atrás es la original”. Motivada por el objetivo de su obra,
asegura que “me pareció una idea preciosa y me creí capaz de
poder materializar de alguna forma este sentimiento general”.
Aunque su taller está en Barcelona –donde trabaja en diversos
materiales y tamaños, siempre en abstracto-, mantiene fuertes
vínculos con su tierra y los artistas de aquí. Una de sus obras,
“Madre Viento”, está en el IES Pirámide de Huesca.
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