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Ainhoa Camino. Caldearenas
Bajo
el lema "El Valle de Caldearenas en defensa
del río Gállego" cerca de 200 personas
exigieron ayer una solución a los vertidos que se
localizan constantemente en este cauce, aguas
abajo de Sabiñánigo. La manifestación
convocada, por el ayuntamiento de Caldearenas y la
Asociación Vecinal en defensa del Gállego,
movilizó a vecinos de este valle, de Sabiñánigo,
de la comarca del Alto Gállego y de Jaca, y contó
con la adhesión de 27 asociaciones de distinta índole.
El alcalde del municipio, Rafael Castán, valoró
muy positivamente la concentración y señaló que
la próxima semana habrá una reunión entre el
consistorio de Caldearenas y la comarca del Alto Gállego,
"para buscar una solución definitiva e
integral". La Confederación continúa
guardando silencio, mientras los vecinos reclaman
mantener la reunión que está pendiente desde
agosto.
Entre las personas que ayer se manifestaron junto
a los vecinos de Caldearenas, que desde el pasado
14 de octubre y por recomendación del Instituto
Aragonés de Salud (SALUD) no pueden consumir agua
corriente para uso de boca tras detectar mas de
200 peces muertos en el río Gállego, se
encontraban numerosos representantes políticos de
Sabiñánigo, con su alcalde Carlos Iglesias a la
cabeza. Este hecho, y los apoyos que este
municipio está recibiendo de la comarca del Alto
Gállego, y otras localidades como Biscarrués o
Graus, hace que los vecinos de Caldearenas, según
su alcalde, "se sientan muy arropados".
Rafael señaló que la concentración "cubrió
todas las expectativas", ya que en un
principio los organizadores dudaban en lograr
reunir a este número de personas, dado que
"en Caldearenas hay mucha gente mayor que no
ha podido acudir". En el extremo opuesto,
Castán situó a localidades como Zuera o Villanúa
del Gállego, ubicadas aguas debajo de
Caldearenas, que según expuso el alcalde,
"consumen agua en peores condiciones que
nosotros y ni si quiera se han puesto en contacto
para saber lo que ocurría". "El río Gállego
es muy grande, empieza en Sallent de Gállego y
termina en Zaragoza", apuntó Rafael Castán.
Retenciones
en la N-330
La manifestación comenzó a las 11:00 a la altura
del puente de Hostal de Ipiés. A la cabeza una
pancarta con el lema "El valle de Caldearenas
en defensa del río Gállego", y tras ella,
todos los representantes políticos del
ayuntamiento de Caldearenas. La manifestación tomó
la carretera N-330, dirección Sabiñánigo, y
tras recorrer 1,5 kilómetros, entre gritos y
abucheos contra la Confederación Hidrográfica
del Ebro y su presidente, José Vicente Lacasa, y
crear retenciones de 2 kilómetros, los
manifestantes procedieron a leer el
"Manifiesto en defensa del río Gállego",
a la altura del puente de Fanlo, lugar donde se
encontraron los últimos peces muertos.
El manifiesto ha logrado adherir a 27 asociaciones
culturales, deportivas, AMPAs, ecologistas, políticas
y sociales, principalmente de Huesca, pero también
de Zaragoza. En él se señala que "el río Gállego
es un bien natural, como tal nadie puede agredirlo
en base a sus intereses" y se apunta que
"es un ecosistema que ha permitido un
asentamiento humano tan rico como el que
desarrolla su cuenca, con más de 10 siglos de
historia". Tras referirse a las continuas
agresiones que este cauce padece y a la
incompetencia que muestran los órganos
competentes, los vecinos exigen en el escrito
"el cumplimiento exhaustivo de las leyes
medioambientales por parte de las instituciones
implicadas" y anuncian que emprenden
"las acciones legales oportunas para nuestra
defensa y la del río".
Reunión
El alcalde de Caldearenas señaló que la próxima
semana habrá una reunión entre este ayuntamiento
y los representantes de la Comarca. El objetivo,
según señaló Rafael Castán, "comenzar a
trabajar de una manera conjunta para buscar una
solución, que sea definitiva y en la que todos
estemos de acuerdo". Entre las soluciones que
ya se han ido planteando, Castán comentó una que
proponen desde la comarca: "Se trataría de
recoger, por medio de un tubo todas, las aguas que
bajan de Sallent, Biescas, Panticosa y más debajo
de Sabiñánigo y depurarlas, para evitar
problemas con los vertidos orgánicos".
El inconveniente de esta solución es el gran
esfuerzo económico que implicaría. Sin embargo,
Castán señaló que sería posible,
"teniendo en cuenta los ayuntamientos que
hay", y propuso aplicar medidas correctoras a
las industrias, como la revisión de las
concesiones de vertidos, para que no haya
problemas de contaminación. "Es un trabajo
de vigilancia y constancia, que si se hace igual
se consigue algo", comentó Castán.
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