Luis
Solana. El alcalde de Artieda, de CHA, muestra su
"alegría" por el informe del fiscal y confía
en que las directrices de la UE terminen por impedir un
proyecto que considera "insostenible y sin
justificación". C. V
¿Cómo
ha vivido Artieda la noticia del informe del fiscal
contrario a la actuación de ex responsables de
Ministerio de Ambiente en el recrecimiento?
Con
mucha alegría. Estamos convencidos de que la obra es
irregular y el informe es el primer gran paso en el
esclarecimiento de las graves anomalías con que se ha
elaborado.
La
actuación de la Administración hidráulica no está
quedando por ahora en buen lugar. Es escandaloso ver cómo
se hacen las cosas. Se eluden informes y se oculta
información porque son proyectos que están superados
por el tiempo, como se ve con las normativas europeas de
Medio Ambiente y Patrimonio. Como no pueden cumplir esos
parámetros, llevan estas obras adelante con las artimañas
que están saliendo a la luz en Yesa y Santaliestra.
¿Cree
que un ayuntamiento como el de Artieda, con 100
habitantes, podrá ganar un contencioso contra el
Estado?
Cuando recibimos noticias como la del informe te entra
satisfacción, porque ésta es una batalla que
planteamos desde el sentimiento, el convencimiento y la
razón. A veces te encuentras con gente que piensa que
si lo quieren hacer lo acabarán haciendo, pero pasos
como éste demuestran que la sociedad ha cambiado, hay
mecanismos legales para defenderse y se puede y se debe
obligar a la Administración a someter sus actuaciones a
la ley.
¿Piensa
que los aragoneses entienden su postura?
Somos
conscientes de que en política hidráulica y en una
tierra como Aragón, donde se vendió el regadío como
la gran esperanza de desarrollo, se partía de un estado
de opinión difícil de cambiar, pero en el ambiente
urbano la gente se empieza a cuestionar la necesidad de
estas obras, su auténtica finalidad y si realmente nos
benefician o perjudican.
¿Qué
le diría a un regante de Bardenas que ahora no tiene
agua para sus campos?
Que
les utilizan como excusa para defender intereses de
constructoras e hidroeléctricas y realizar el trasvase.
Nosotros queremos futuro para ellos, pero sin sacrificar
otras comarcas. Además, el futuro no va por aumentar la
producción, sino por otros caminos.
¿Qué
efectos tendría para la zona el recrecimiento?
Nos
ha costado muchísimo superar el golpe que supuso la
construcción de Yesa, que supuso el abandono de tres
pueblos y la pérdida de las mejores tierras. También
fue un golpe moral terrible, por la falta de
expectativas. Recrecer Yesa sería acabar con la
recuperación que ha habido, inundar Sigüés, anegar la
mitad de nuestras tierras de cultivo y acabar con
nuestro futuro. Para nosotros, la palabra pantano sólo
puede significar muerte.
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